Estados alterados en la cuarentena: golpes y balas

La violencia busca sus formas y sigue expresándose aún en el contexto de la alarma generalizada por una pandemia. Lo que pareció un chiste “pesado” generó un intercambio de golpes el 26 de febrero. Al parecer, un comerciante de origen chino de Ringuelet reaccionó con golpes luego de que un camionero asociara su nacionalidad con el COVID-19.

La pelea quedó grabada por las cámaras de seguridad del local.

A principios de mes desde un edificio de 54 entre 4 y 5, denunciaron a un repartidor por “escupir y sonarse la nariz” mientras sostenía un pedido que él mismo había abierto segundos antes y que debía entregar a vecina. “En este momento de pandemia, se vuelve muy importante respetar las normas de higiene”, le dijo a este diario un integrante del equipo de la administración luego de que circularan las imágenes del episodio, tomadas por una cámara de seguridad. También intentaron denunciar la situación a la línea 147.

En tanto, a fines de mayo 7 policías de la Bonaerense fueron sumariados tras participar de una fiesta en Merlo. Además, se investiga al dueño de casa, también Policía, por responder con tiros a las quejas de los vecinos contra la reunión, en medio del aislamiento obligatorio.