España levantó el estado de alarma y reabrió fronteras con la Unión Europea

Volvió la libertad de movimiento en toda la Nación. Incertidumbre por el turismo, motor de la economía

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MADRID

Los españoles recobraron ayer la libertad de movimiento en todo el país luego de tres meses en estado de alarma por el coronavirus, a la vez que se reabrieron las fronteras a los países de la Unión Europea (UE) salvo Portugal, en medio de una gran incertidumbre sobre el regreso del turismo, principal motor económico de España.

El estado de alarma decretado por primera vez el 14 de marzo, que mantuvo bajo un estricto confinamiento a la población hasta finales de abril y luego se fue relajando, decayó minutos antes de la madrugada de ayer, con lo que los españoles ya pueden desplazarse por todo el país.

También se reabrieron las fronteras a todos los países de la UE menos Portugal, cuyo gobierno negoció hacerlo de forma “coordinada” el 1 de julio, con un acto en el que estarán presentes el rey Felipe VI, el mandatario luso, Marcelo Rebelo de Sousa, así como el presidente del Gobierno y el primer ministro de ambos países, los socialistas Pedro Sánchez, y António Costa, respectivamente.

EXTRANJEROS SIN CUARENTENA

A partir de ayer los extranjeros que llegan a los aeropuertos españoles ya no tienen que realizar una cuarentena, solo deben rellenar un formulario sanitario -donde brindan datos para poder ser localizados-, son sometidos a control de temperatura y visual.

A pesar de la reapertura, la mayoría de viajeros que llegaron a los aeropuertos españoles no son turistas sino jóvenes que estudiaban en el extranjero cuando se decretó el estado de alarma o residentes que vuelven de sus países de origen.

Existe preocupación e incertidumbre acerca de cómo impactará el regreso de los turistas a ciudades como Barcelona, tanto desde el punto de vista sanitario, actualmente bajo control, como por si permitirá que la economía, hundida por el confinamiento, se recupere.

Los expertos del Ministerio de Sanidad español son conscientes del riesgo que supone vigilar a nivel epidemiológico la llegada masiva de extranjeros y advierten que controlar los casos “importados” será el mayor desafío en esta nueva etapa en la que el virus “no desapareció”.

La responsabilidad descansa principalmente en los propios ciudadanos, remarcan las autoridades, que buscan hallar un “equilibrio” para no tener que dar marcha atrás.

Pese a que el plan de desconfinamiento llegó a su fin, nadie actúa como si nada hubiese pasado en un país donde 28.000 personas murieron por el coronavirus. En Barcelona, los catalanes se mueven entre la precaución y las ansias de actuar con total normalidad. En las calles los que utilizan barbijo o tapabocas son tantos como los que no lo utilizan.

Es obligatorio cuando no se puede mantener la distancia interpersonal de al menos 1,5 metros en la vía pública y al interior de los espacios cerrados, aunque está exceptuado en los bares y restaurantes. (TÉLAM)

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