La intimidad de las “trincheras”: la lucha contra el virus en el Italiano y el Español

El COVID-19 transformó la vida de ambos hospitales desde comienzos de marzo: una capilla convertida en guardia, reacondicionamiento de espacios y protocolos de higiene reforzados para evitar contagios del personal de salud

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Lautaro Segura

lsegura@eldia.com

Los hospitales platenses se han transformado por completo desde comienzos de marzo con el desembarco del coronavirus a nuestro país. El Italiano y el Español son dos claros ejemplos de esto, ya que fueron readaptados diversos espacios para luchar de la mejor manera contra una enfermedad que tiene en vilo al mundo entero.

El personal de salud ha reforzado las medidas de seguridad, mientras que se han dividido en dos los edificios para evitar que aquellos casos confirmados o sospechosos de COVID-19 no se crucen con el resto de las personas que circula diariamente por los pasillos.

Este medio tuvo la posibilidad de recorrer la intimidad de ambos hospitales para ver cómo es la famosa “trinchera”, en donde se da la verdadera batalla contra el virus.

ITALIANO: una capilla convertida en UNA GUARDIA DE CORONAVIRUS

Todas las personas que ingresan al Hospital Italiano actualmente deben hacerlo por la puerta principal (Avenida 51 entre 29 y 30) y son sometidas a un cuestionario para saber si tienen síntomas compatibles con el coronavirus y, además, se les toma la fiebre.

En caso de presentar sintomatología deben dirigirse por una puerta especial a la guardia del COVID-19, la cuál fue montada en la capilla del subsuelo. “Para evitar el traslado de papeles se le saca foto el DNI y en forma electrónica se saca la consulta. Si el paciente es caso sospechoso, se le pone un barbijo quirúrgico para evitar la diseminación de fluidos”, aseguró Lucía Villalba, jefa del sector guardias.

Una vez que la persona sintomática llega a la capilla, un enfermero se encarga de hacerle la primera evaluación para constatar si es caso sospechoso o no y, luego, le comunica al médico la categoría de paciente. Este último lo revisa y, en caso de ser necesario, se hace el hisopado ahí mismo. En las últimas semanas, informan, se pasó de hacer de 12 hisopados diarios a 35.

¿Cómo fue reformada la capilla? Se colocaron sillones separados por biombos y respetando la distancia de 2 metros para que no haya contacto entre los pacientes. Además el lugar fue condicionado para hacer los estudios necesarios, como extracción de sangre o tomografía, sin necesidad de recorrer el hospital.

“Se evalúa si puede tener un aislamiento domiciliario o si es necesaria la internación. En el primer caso, se firma una Declaración Jurada y se hace el seguimiento desde el hospital telefónico”, contó Villalba.

Quien se encargan del seguimiento es el área de Infectología, la cuál está a cargo de Pedro Pessacq y quien precisó: “El trabajo es intenso. Estamos dando respuesta al seguimiento de los pacientes con COVID-19 y a sus contactos. Básicamente cualquier paciente que se hisopa se pone en contacto con nosotros vía WhatsApp o telefónicamente por empeoramiento de los síntomas, evolución de cuadro o eventualmente para hacer altas o entregas de certificados”.

Si el paciente tiene que quedarse en el hospital, desde la capilla hasta la sala de internación (se reservó todo el segundo piso) se traslada con un circulante que lo acompaña y que evita que toque algo. Además hay una persona que está detrás limpiando todo el recorrido. En caso de necesitar estar en Terapia Intensiva, la misma se encuentra donde estaba Cardiología en el primer piso.

En las salas de internación común solamente se ponen dos personas juntas si ambas dieron positivo, sino están solas o con un familiar, quien también está obligado a quedarse dentro sin salir. Acá es donde entra el arduo trabajo de las enfermeras, quien también deben encargarse de la contención psicológica.

En cuanto a la protección, en las áreas destinadas al COVID-19 se refuerza: camisolín, barbijo quirúrgico, guantes, cofia y protección ocular.

Español: el ARMADO DE Nuevos Espacios PARA ATENDER AL COVID-19

En el Hospital Español el protocolo es similar, aunque el mismo presenta sus particularidades al tratarse de otro edificio: en la entrada de calle 9 entre 35 y 36 se le toma la temperatura todos los que ingresan y se les consulta el motivo de su presencia.

Aquellos pacientes febriles deben entrar por calle 35, en donde se dispuso una entrada especial. Allí se condicionó un sector de contenedores (funcionan como consultorios y están debidamente equipados) donde se le hace un triaje al enfermo, que consiste en la toma sistemática de la temperatura y una serie de preguntas para saber si es caso sospechoso o no.

En caso de ser necesaria la internación, ya que la mayoría tiene aislamiento domiciliario y se le hace un seguimiento telefónico, el traslado a la sala común (se reservó un importante sector del primer piso para COVID-19) se hace mediante una silla de ruedas o camilla adaptada especialmente para la ocasión con una “burbuja”, la cuál evita la posible contaminación de los lugares por donde pasa. El ascensor, por su parte, es desinfectado por completo después de ser utilizado.

“Desde principios de marzo creamos el Comité de COVID-19. A partir de ahí tenemos reuniones periódicas, generalmente semanales, de acuerdo a los temas que hay que tratar y en base a eso vamos revisando el protocolo o las modificaciones del mismo”, contó Pedro Belloni, Director Médico del hospital.

Los enfermos que están en el primer piso muchas veces en su evolución se pueden transformar en enfermos críticos y, en ese caso, se los sube a Unidad de Terapia Intensiva. También puede pasar a la Unidad Coronaria, ya que pueden ingresar con una descompensación cardíaca.

El control en relación al coronavirus se le hace a todos los que entran al hospital, inclusive a aquellos que deben someterse a una intervención quirúrgica. Mediante una tomografía, por ejemplo, se busca descartar que estén infectados y evitar que contagien a aquellos que deben atenderlo.

Belloni, por otra parte, destacó el trabajo del hospital en relación a la protección del personal: ”Una de las primeras cosas que hicimos, cuando comenzamos con todo esto, fue centrarnos en su protección. Fuimos adaptando los elementos de protección personal de acuerdo a cómo veníamos evolucionando y tenemos lo máximo que le corresponde a cada uno. Tuvimos escasísimos casos y, generalmente, se contagiaron en otro lugar. Prácticamente no tenemos infectados acá adentro porque somos muy protectores y controladores”.

Aquel miembro del personal que debe ingresar a la sala de algún caso activo o sospechoso, está obligado a colocarse un camisolín extra que debe descartar antes de circular nuevamente por los pasillos del hospital.

En ambos hospitales se crearon espacios exclusivos para tratar los casos de coronavirus

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