Llegó la nieve a la Patagonia, que extraña a los turistas
Edición Impresa | 28 de Junio de 2020 | 03:26

Cerros nevados sin esquiadores, inmensos hoteles cerrados, comercios a la espera. Al pie de la Cordillera de los Andes, Bariloche, Villa la Angostura y San Martín de los Andes se cubrieron de nieve, pero no habrá avalancha de turistas este invierno en medio de la pandemia del COVID-19.
Tierra del Fuego, que lleva más de dos semana sin nuevos casos de COVID-19 -contabiliza 149, incluyendo 13 contagios registrados en las Islas Malvinas- habilitó el turismo interno y la apertura de hoteles y centros invernales, pero solo para residentes en la isla. Por el momento, sigue prohibido el turismo interprovincial y el internacional. Las medidas alcanzaban a las ciudades de Ushuaia, Tolhuin y Río Grande.
“Hoy estamos cerrados, con cero actividad, trabajando desde la promoción”, explica Belén García Bertone, tercera generación de hoteleros y presidenta de la Cámara de Turismo de Bariloche.
Emplazada dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, en medio de montañas y lagos, Bariloche es el cuarto destino turístico más visitado por extranjeros. Brasileños y uruguayos lo tienen incluso como su segunda preferencia detrás de Buenos Aires, según operadores turísticos.
Cuando arrancaba el año 2020 y el coronavirus parecía ajeno, Bariloche se ilusionaba con mejorar este julio el buen desempeño de la temporada alta del año pasado. En julio de 2019, recibió 112.000 turistas -de los cuales 15.000 arribaron en 51 vuelos directos desde Brasil-, y su capacidad hotelera de 30.000 plazas quedó casi colmada, según la alcaldía.
“La ciudad está hermosa. Tenemos unas nevadas importantes, comienza la época de nieve pero es una ciudad sin turistas. Venís a puntos como el Centro Cívico, el cerro Catedral o el (hotel) Llao Llao y están vacíos. Ni siquiera la gente sale a pasear”, dice José Lepio, 46 años, dueño de un restaurante en el imponente cerro Catedral.
Peor que el volcán
A 20 km del centro de Bariloche, el Cerro Catedral ofrece 120 kilómetros de pistas de esquí distribuidas en 600 hectáreas. En esta época del año, los preparativos suelen ser febriles. Hoy solo se ven grandes extensiones de nieve. “Hace 22 años que tenemos la escuela de esquí y hoy estamos acá por primera vez sin turismo. Hemos tenido de todo: ceniza de los volcanes, gripe A, hantavirus, pero esto es impensable”, se lamenta Néstor López Dávalos, presidente de la Asociación Empresarial del Cerro Catedral.
Según López Dávalos, se necesitan entre 7.000 y 8.000 visitantes diarios para que el emprendimiento funcione. “Sin turistas, no sabemos bien lo que vamos a hacer. Mucha gente se va a quedar sin trabajo”, advierte.
En Bariloche, que tiene alrededor de 140.000 habitantes, el turismo emplea a unas 15.000 personas en forma directa y genera otros 34.000 puestos indirectos, según la Cámara de Turismo que estima en 3.600 millones de pesos las pérdidas que sufrirá este mes de julio, habitualmente el mejor del año.
Según García Bertone, que cita los recuerdos de su padre también hotelero, hay que remontarse a 1978, cuando Argentina y Chile estuvieron a punto de entrar en guerra por un conflicto limítrofe y Bariloche tenía un tercio de su población actual, para encontrar una Bariloche tan vacía de turistas.
Más cerca, en 2011, el aeropuerto estuvo varios meses cerrado debido a la nube de cenizas que dejó la erupción del volcán Puyehue, a 90 km de ahí. Un brote de hantavirus, una enfermedad endémica que dejó 11 muertos en un pueblo cercano alejó visitantes en 2018.
En 2009, la gripe A había provocado la suspensión temporaria del turismo estudiantil, otro sector clave de la economía barilochense.
La ciudad andina recibe a lo largo de cada año entre 80.000 y 100.000 estudiantes, en viajes recreativos de fin de curso y que contemplan un circuito nocturno de boliches, hoy cerrados.
Futuro incierto
El confinamiento obligatorio decretado el 20 de marzo en el país sudamericano derrumbó las expectativas para el año. Se cerraron fronteras y se suspendieron vuelos comerciales y el transporte de larga distancia. Unos 8.000 turistas debieron ser evacuados desde allí. A cien días, ya no quedan turistas.
“Estamos preparados para arrancar, con los negocios ya puestos a punto para comenzar la temporada. Es un futuro incierto. No sabemos qué protocolo vamos a seguir cuando esto comience... ni si comienza”, advierte Lepio.
Una nevada imponente
Mientras, una copiosa nevada cayó en las últimas horas en Neuquén y localidades cercanas, así como en la región cordillerana de la provincia, por lo cual las autoridades provinciales dispusieron restricciones para la circulación de vehículos en las rutas en horario nocturno.
Ayer, en Villa la Angostura, el temporal de nieve había provocado la caída de postes del tendido eléctrico y una parte de la ciudad se encontraba sin luz.
En Bariloche, en tanto, se había abierto parcialmente el tránsito en la ruta 40, en dirección Sur, hacia El Bolsón.
Maquinas viales habían retirado la gruesa capa de nieve que cubría la cinta asfáltica y se permitía el paso de vehículos, con precaución y durante las horas de luz diurna.
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