Denuncian que rompieron más de 57 silobolsas en el año y que hay una escalada de casos
Edición Impresa | 1 de Julio de 2020 | 04:48

Esteban Pérez Fernández
eperezfernandez@eldia.com
Tras el revuelo y la profundización de la grieta que generó el caso Vicentin entre el Gobierno y la gente de campo, un tema preocupa cada vez más, no por ser nuevo, pero sí por su escalada en pocos días: la rotura de silobolsas, además de algunos incendios que los productores tildan de intencionales y robos, un combo que generó denuncias por ataques “intimidatorios” en la Justicia y los medios.
Desde Confederaciones Rurales Argentinas llevan contabilizados, desde diciembre pasado y hasta la fecha 57 silobolsas rotos , que pueden almacenar hasta 200 toneladas de soja, maíz y trigo, por un valor de unos 400 millones de pesos.
Desde el sector afirman que solo en los últimos tres meses hubo 38 ataques denunciados contra silobolsas -los tajean con elementos cortantes para que se caigan los granos- pero que desde principios de año contabilizan 57, y algunos más que no llegaron a la Justicia. “Es una práctica intimidatoria para obligar a vender la cosecha. Es muy difícil cuantificar pérdidas, porque en general se vuelve a juntar, aunque hubo casos en los que se le tiró fertilizantes a los granos para que no sirvan para la comercialización. No se entiende porque al menos un 50 por ciento de eso va para el Estado en impuestos”, explicaba un experimentado consultor del sector agropecuario a este diario.
Desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), denunciaron que en los últimos tres meses hubo “38 delitos” en campos argentinos, según advirtió el presidente de la entidad, Jorge Chemes.
En declaraciones a EL DIA, el dirigente de la Sociedad Rural Argentina y candidato a presidente de la entidad, Nicolás Pino, sostuvo que “Es necesario que inmediatamente las autoridades nacionales generen las condiciones de seguridad para prevenir y castigar estos delitos que causan daño en los productores afectados e incertidumbre en el resto, poniendo en riesgo a sus familias y bienes productivos”.
En tanto, Chemes pidió un “compromiso más profundo en la investigación y que haya resultados rápidamente” y remarcó que “el crecimiento de los delitos es más rápido que las respuestas de los funcionarios”.
Por más que resulta difícil cuantificar las pérdidas, desde el sector afirman que si se pierde el contenido completo de una bolsa cuando lo rocían con algún elemento que echa a perder los granos, como por ejemplo un fungicida, el productor no puede garantizar en la declaración jurada que debe firmar al momento del embarque que su carga no contenga sustancias peligrosas para la salud. Esto le cuesta perder unas 100 toneladas, a un costo de 1,5 millón de pesos.
En Provincia de Buenos Aires se denunciaron ataques e incendios en distritos como San Pedro, San Nicolás, General Belgrano, Pehuajó, Castelli, Rojas, Pergamino, Tandil y Mar Chiquita, entre otros. En Jesús María (Córdoba) ocurrió un robo de 15 toneladas de soja tras romper un silobolsa y llevarse la producción en un camión, una pérdida estimada en U$S 4.500.
Desde el campo insisten en que si bien estos hechos ya han ocurrido en otras oportunidades, “no había sido con esta intensidad”.
En las redes trascendió la versión de un grupo de productores que habría atrapado en campos de Bahía Blanca a personas que habían tajeado silobolsas y que confesaron haber sido enviadas por la dirigencia de un sindicato.
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