Turbulencias en tiempo de crisis

Edición Impresa

Marcelo Babenco (*)

La primer mirada en la crisis y turbulencia cambiaria se dirigió hacia el precio de las propiedades en venta, pero cuando se haya superado el epicentro de los movimientos, será necesario observar las consecuencias en otras áreas del sector. Los alquileres es una de ellas.

Las consecuencias de la llamada turbulencia y pandemia se prolongarán en el tiempo aunque la paridad cambiaria se equilibre en índices más normales. Los que ya tienen experiencia en las crisis argentinas, saben que siempre producen beneficios y perjuicios. Los beneficiados siempre guardan silencio y los perjudicados claman por la imprevisión. Algunos beneficiados son gestores de la crisis y otros simples espectadores, atentos a la jugada o simplemente, distraídos afortunados.

Esto repercute sobre las relaciones locativas en general, y en particular las vinculadas a la vivienda y a la producción y al comercio, cuyos locatarios son casi todas pequeñas y medianas empresas.

Es aquí donde el Corredor Inmobiliario debe intervenir con pericia. La concordia es el valor del Corredor Inmobiliario.

En este tiempo se debe intervenir poniendo como centro la situación de cada parte. Habrá quienes con su salario no alcanzarán los índices inflacionarios. Habrá pequeñas empresas con grandes dificultades para pagar el alquiler, y otras verán equilibrar sus ingresos.

Seguramente habrá pícaros políticos y comunicadores de superficie que responsabilizarán a los corredores inmobiliarios de la crisis. Por eso, no se debe perder el equilibrio. La profesión sigue y seguirá en Argentina, más allá de algunos cuervos de mal agüero que quieren ganar votos o audiencia apelando al periodismo amarillo.

Porque nadie ni nada obliga a contratar a un Corredor Inmobiliario. Pero la gente los contrata, porque reconoce la función que pretenden ignorar quienes trabajan para la tribuna.

Algo hay por lo que se pagan honorarios. Hay una tarea en pos de la concordia que se reconoce.

Ellos son la raíz de la actividad. Son los que respetan a la contraparte. Y porque la respetan buscan a quien da un marco de concordia, comunicación, justicia y precisión a cada relación contractual. Nos conocemos, nos nutren, y somos su esencia.

(*) Martillero y Corredor Público

 

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