¿Sirve de algo resolver las peleas de pareja con sexo?

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Aunque desde las ficciones (películas, series, novelas, unitarios) se ha idealizado el sexo “de reconciliación”, la realidad demuestra que no es una experiencia deseable para todas las parejas.

La psicóloga y terapeuta sexual, Josefina Lazcano explica este fenómeno: “Depende de la pareja y los intereses conscientes o inconscientes que tenga cada uno de usar el sexo a su favor. En el caso, por ejemplo, de una mujer u hombre que se sienta inseguro en esa relación y que por miedo a no perder a su pareja tenga una excelente performance sexual, lo más probable es que en ese caso el sexo sea visto como un analgésico que le permita no enfrentar el temor a perder al otro. El problema es que en ese caso, lo más probable es que ese miedo o inseguridad se termine perpetuando y que empiece a asociar al sexo como la opción de amarrar al otro, lo que a la larga puede ser muy dañino para la relación”.

Por su parte, la psicóloga clínica y magíster en terapia familiar y de parejas Pamela Larraín añade que “el sexo da una sensación de seguridad y de apego, entonces cuando hay inseguridad, amenaza o conflicto, es probable que muchas parejas lo utilicen después de una pelea para encontrar un espacio donde volver a conectarse con el otro y sentirse seguros”.

A todo esto hay que agregar que, durante una discusión, emergen todo tipo de sensaciones (como el estrés, el miedo o la ira) que a veces pueden potenciar el encuentro sexual. “Son emociones fuertes que nos llevan a conectar con la pasión, que es uno de los componentes esenciales de la sexualidad. Pueden ayudar a mejorar la performance física con el otro y a conectar mejor, pero no necesariamente eso ayuda a que se resuelva el problema que generó la discusión”, especificó Lazcano, para que su colega Larraín complete: “El encuentro sexual genera sensaciones de placer y relajo, entonces luego de situaciones no placenteras como el miedo, el estrés o el enojo, puede ayudar a calmar esas emociones para dar paso a otras más placenteras”.

Como indica el refrán “cada pareja es un mundo” y, por lo tanto, la situación será particular para cada una de ellas: “Muchas parejas se comunican mejor en la cama y a algunas, incluso, se les abren canales comunicacionales después de pelearse y tener sexo. Se calma la rabia y logran comunicarse de mejor manera. A muchas les pasa que después de pelear se encuentran sexualmente y en el post pueden conversar con calma, analizar el problema y resolver, cosa que otros hacen, por ejemplo, dándose un espacio después de una discusión. Cada pareja es distinta”, advierte Lazcano.

Una máxima que no se debe desatender es que el tema que generó la discusión no se resuelve con el sexo, por eso hay que tener presente que tras intimar, el problema estará ahí nuevamente. “Si no se conversa queda en el olvido y el bichito adentro sigue sonando o resonando, y lo más probable que aparezca de nuevo con otras cosas. Por tanto, es importante que se entienda que el sexo puede ser un canal de apertura comunicacional, pero no es la solución a los problemas”, aseguró Lazcano.

Larraín complementa esta cuestión: “Creo que puede ser una buena forma de conectarse con la pareja y dar paso a una conversación siempre y cuando después exista espacio para retomar o resolver el conflicto. Hay parejas que logran bajar la tensión y conectarse con el otro a través del acto sexual, pero es importante que para que éste no actúe solo como aliviador o canalizador, después se pueda profundizar sobre el asunto que los llevó a estar en conflicto”.

Ambas profesionales concuerdan en que, además, existe otro riesgo de “usar siempre” el sexo como reconciliación. Si es que la pareja atraviesa una etapa de “sequía sexual” (una situación muy común que se puede desencadenar por varios factores) no encontrarán “otras maneras de comunicarse”, pues van a estar acostumbrados a que el sexo sea la única forma de resolver los problemas.

“Si siempre el encuentro sexual tiene que ver con una búsqueda de aliviar angustia, de disminuir ansiedad, de evitar conflicto o de llenar vacíos, claramente algo no está bien”, sostuvo Larraín, para que su colega acote: “El sexo siempre debe estar asociado al cariño, al placer, al disfrute, al encuentro y la diversión. Si lo usamos solo para resolver conflictos, puede haber mucha pasión instantánea, pero más asociado a la descarga que al goce”.

 

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