Heredaron la pasión por el fútbol, el mismo club y el puesto en el campo de juego

Luciano Squadrone y Pablo Verón cuentan lo que mamaron de sus papás, Leonardo y Avelino

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Los otros dos casos de padres e hijos compartiendo la pasión del fútbol en la producción de este diario, son los de los Squadrone (Leo y Luciano) y los Verón (Avelino y Pablo).

Luciano Squadrone llegó a la reserva del Pincha. “Antes de jugar en Estudiantes siempre estuve de cinco, y cuando mi papá deja de ser Coordinador yo ahí recién voy a probarme y él que ya sabía como estaba compuesta mi categoría en el club y con los jugadores que me iba a encontrar en esa edad que fue fines de Octava, me dice que me conviene ir de central, que era un puesto que podía llegar a jugar mucho más que de cinco. Y ahí arrancó todo. Me mostró como se estaba empezando a salir jugando y viendo que había mucha participación con la pelota y el juego, decidí empezar a jugar atrás”.

“Lucho” Squadrone es central, y su padre “Leo” alguna vez lo hizo en esa posición aunque luego terminó haciéndolo como lateral izquierdo. “Mucho no lo vi jugar, era muy chico cuando él terminó, pero creo que tenemos algunas cosas en común. Igual él jugó la mayoría de su carrera por el lateral y tenía mucho más recorrido seguramente, yo desde un principio estuve siempre de central y me mantuve ahí, muy pocas veces jugué de lateral. Pero en cuanto a la personalidad y la forma de ser, te diría que tenemos mucho en común”.

Squadrone comenta, “desde chico mi papá me llevó y el amor por el club siempre está. Poder lograr una linda carrera en Estudiantes sería algo muy lindo para mi porque siempre estuvimos relacionados y en contacto con el club”.

pablo, el hijo de avelino

A su turno, Pablo Verón cuenta, “en mi caso lo de ser volante se fue dando. Yo era delantero primero, pero cuando llego a Lanús como había tanta cantidad de delanteros empecé a jugar de volante por derecha. Cuando llegué a Gimnasia estaba jugando en esa posición, pero fue Griguol quien me colocó de volante central, y desde ese momento seguí ahí y me gustó”.

Pablo de familia futbolera, habla sobre su padre, Avelino. “Mucha gente me ha dicho que tenía características parecidas a lo que tenía mi papá, en algunos rasgos, en la forma de correr. Por ahí lo que tenía mi papá era que, o pasaba la pelota o pasaba el jugador, pero las dos cosas no pasaban. En ese sentido yo no era así, me dedicaba a robar la pelota pero no era muy de chocar tanto con los contrarios, más que nada intentaba sacársela sin que se diera tanto roce. Por eso trataba de anticiparme a la jugada, estar un pasito antes que el rival como para robarle la pelota”.

Verón cuenta su historia que es muy particular. “Fui el último de mi familia que llegó a Gimnasia, pero desde chiquito venía viendo los colores en casa. Primero por mi Viejo que jugó varios años en Primera, después por mi hermano más grande Marcelo que es categoría ´78 y luego por Rodrigo que es el más chico, categoría ´84; ellos dos estaban jugando en inferiores del Lobo mientras yo estaba en Lanús. Y cuando llegué a jugar en Gimnasia entendí el por qué del sentimiento de toda mi familia hacia el Lobo. Y eso la verdad no tiene explicación, solamente se siente”.

 

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