En una protesta, menores del Instituto Almafuerte tuvieron de rehén a un celador

Todo empezó con un reclamo por las condiciones de alojamiento en el centro situado en 520 entre 182 y 183. Varias horas de tensión

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Un total de 15 menores alojados en el Instituto Almafuerte de 520 entre 182 y 183, Abasto, se amotinaron y tomaron a un celador como rehén.

El hecho volvió a exponer problemas del sistema, entre esos, que jóvenes que ya han cumplido 18 años sigan alojados en establecimientos con escasos medios para contenerlos.

En este caso, según informaron fuentes policiales y judiciales, 13 de los 15 amotinados ya son técnicamente mayores de edad.

Todo comenzó en la noche del domingo cuando un grupo de 15 internos alojados en un mismo pabellón iniciaron una protesta por “mejoras” en diversos aspectos del tratamiento que reciben.

Los jóvenes y adolescentes, exhibiendo facas y púas de fabricación casera capturaron a uno de los celadores.

Se produjeron entonces momentos de suma tensión en la que se temió por la integridad física del trabajador y la posibilidad de que el motín se extendiera a otras dependencias del instituto.

Entre otras exigencias los amotinados, que hasta llegaron a filmarse con un teléfono celular, reclamaron desde la liberación inmediata hasta cigarrillos y teléfonos.

Cerca de la medianoche y ante la intervención el juez Marcenaro, de Garantías del Fuero Penal Juvenil 2, el fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta (UFI Nº 16) y del titular del Instituto de la Niñez se logró la liberación del empleado de Minoridad que había sido tomado como rehén.

Según las fuentes, se trata de un hombre de 43 años que no sufrió heridas pero que debió ser asistido por personal del SAME debido al shock emocional sufrido.

Entre otras complicaciones el empleado había sufrido una baja de presión que obligó a los médicos a realizar maniobras para compensar su estado.

La tensión del Almafuerte duró hasta bien entrada la madrugada cuando cerca de las 3, los amotinados decidieron deponer su actitud y entregar las facas y púas con las que habían amenazado al celador e iniciado la revuelta.

Las autoridades dispusieron entonces una exhaustiva requisa para cerciorarse de que no hubiesen más armas blancas “caseras” en poder de los jóvenes, se indicó.

Tras la crisis, el Organismo de Niñez y Adolescencia, dependiente del ministerio, dio a conocer un informe sobre los hechos ocurridos en el espacio y a la vez destacó “el accionar de funcionarios y trabajadores en la resolución del conflicto”

El organismo detalló que la protesta se inició alrededor de las 21 del domingo y adjudicó la reacción de los jóvenes alojados en el Centro Cerrado Almafuerte a un reclamo de “contacto con sus familiares y visitas”.

Fue en ese marco que un trabajador “fue retenido durante una hora y media”, se indicó.

Con respecto al planteo de los internos, el organismo señaló que “al inicio del ASPO (Aislamiento Social, preventivo y Obligatorio) se acordó con los internos la suspensión de las visitas para evitar propagación de contagios por COVID”.

Luego, se apuntó que “si bien los jóvenes han tenido la contención de los trabajadores, el equipo técnico del dispositivo y los llamados de sus afectos, estos cuatro meses de aislamiento han profundizado la ansiedad que ya agudiza la privación de libertad. Por ello solicitan retomar el contacto presencial con sus afectos”.

Se recordó luego que la crisis en el Instituto tuvo lugar en un contexto de emergencia sanitaria, “en el que la Provincia, el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad y el Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia (OPNYA) vienen trabajando en un esfuerzo conjunto, para revertir las problemáticas heredadas históricamente del Sistema de Responsabilidad Penal Juvenil”.

Se detalló en ese sentido “el deterioro de la infraestructura en los dispositivos, la falta de personal, la calidad de vida de los jóvenes y las condiciones de trabajo de quienes se desempeñan en estas instituciones”.

Así las cosas, el Organismo “destaca la acción de los funcionarios y de los trabajadores en la resolución del conflicto”. Puntualmente, se mencionó al juez de la causa y al personal de ese juzgado, quienes “se encontraron presentes en altas horas de la madrugada”, hasta el final de la revuelta.

Finalmente, desde el Organismo Provincial, se indicó que “con anterioridad a este episodio, se viene planificando un cronograma de visitas, respetando los protocolos vinculados a la emergencia sanitaria y no exponer a los jóvenes a ninguna situación de contagio”, concluyó el informe oficial.

 

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