Desde el inicio de la cuarentena subieron 70% los reclamos por ciberdelitos y compras on line

De las 1.500 demandas recibidas, más de 800 fueron por estafas y problemas con operaciones virtuales

Edición Impresa

Frente al aislamiento social impuesto a partir de la presencia del coronavirus en el país, el consumo que no se realiza en comercios “de cercanía”, se ha volcado a la modalidad online. En forma paralela al crecimiento de ese tipo de operaciones se registró un notable aumento de las denuncias por estafas en relación a la práctica de esas compras “remotas” efectuadas antes de la cuarentena. Así lo indicó la dirección de Defensa del Consumidor de La Plata, donde se estima que esos “ciberdelitos” subieron un 70 por ciento.

De acuerdo a lo que detalló la repartición, de las 1.500 demandas recibidas durante el período de aislamiento, aproximadamente 800 fueron por estafas o problemas en la compra - venta virtual.

En La Plata la lista es encabezada por los reclamos contra las entidades bancarias, seguidos por las compañías de TV por Cable e Internet y las de telefonía celular.

Algo similar sucede con las tiendas de electrodomésticos, supermercados, concesionarias de automotores y embarcaciones, y los locales de venta de elementos electrónicos. En los últimos puestos se ubicaron las firmas de transporte aéreo, de pasajeros y carga, locales de ropa, de marroquinería, mueblerías y servicios turísticos.

En el caso de los bancos, se explicó que en su mayoría se denuncian casos de lo que se llama “phishing” -una suerte de “cuento del tío”-, falta de atención de las vías de comunicación y de información en numerosos casos. También se destaca la adjudicación y cobro de créditos y/o préstamos personales no solicitados y débitos de seguros tampoco requeridos, entre otros.

EL RECURSO MÁS USADO

En este furor de las ventas online se repite con mucha frecuencia el “phishing”, una maniobra clásica de la ciberdelincuencia: para poder cometer el fraude se apela al engaño y la manipulación de las víctimas, buscando que, a través de trampas que parecen tener sentido, se las induce a revelar información confidencial con la que luego se concreta la estafa.

El estafador se hace pasar por una persona o empresa de confianza en una presunta comunicación oficial electrónica -aunque no aparecen dirigidas de manera personal- generalmente mediante casillas de correo electrónico, redes sociales o llamadas telefónicas.

Por lo general, se roban datos personales y financieros ligados a cuentas.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE