Capital libera actividades deportivas y en la Provincia mantienen el freno de mano
Edición Impresa | 14 de Agosto de 2020 | 03:45

Con el presidente Alberto Fernández como árbitro, el gobernador Axel Kicillof y el jefe de gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, acordaron ayer que el Gran La Plata y el área metropolitana de Buenos Aires extiendan -a partir del lunes- la Fase 3 de la cuarentena, un término que, sin embargo, los infectólogos sugirieron quitar del anuncio previsto para este mediodía (ver aparte). La creencia generalizada es que, con casi cinco meses de aislamiento, la medida resulta poco menos que una entelequia de difícil acatamiento.
Tomando en cuenta esa recomendación, la nueva conferencia haría foco en la prevención, el distanciamiento y el cuidado individual.
En el encuentro de ayer, Kicillof y Larreta coincidieron en mantener la fase actual del aislamiento, aunque con diferencias sobre el grado de flexibilización.
Mientras que para el mandatario provincial debe seguir “todo igual”, el alcalde porteño reclamó al Presidente la habilitación de deportes individuales (como golf, remo y tenis), de comercios en zonas de gran circulación (hasta ahora excluidos) y la inclusión de más actividades profesionales, como ingenieros y arquitectos
Pero si la lista de prioridades se bifurca es porque la realidad sanitaria a uno y otro lado de la General Paz es bien diferente.
Kicillof, por caso, sigue con mucha atención el aumento de los contagios por coronavirus que -con epicentro en el Conurbano- sumaron 4.983 en 24 horas. También, el nivel de ocupación de camas, que en el área metropolitana promedia el 68,3 por ciento.
Entre los datos que compartió Kicillof con el funcionario porteño y el Presidente, incluyó uno alarmante: que el promedio de ocupación de camas de terapia intensiva es de diez por día. A ese ritmo, calculó, “el sistema se saturaría en 50 días”.
Para el Gobernador, que admitió que “estamos en una situación delicada”, hay otro dato que lo lleva a inclinarse por una cuarentena sin mayores cambios: en la ciudad de Buenos Aires, según datos que compartió ayer con intendentes e infectólogos, la ocupación de camas de terapia para adultos es del 66 por ciento en los hospitales públicos y del 85 por ciento en las clínicas y sanatorios privados. Si, como interpretan en la Provincia, la mayor apertura de actividades en la Capital redunda en más contagios y eso deviene en un colapso de los hospitales porteños, los pacientes podrían ser derivados a centros de salud del Conurbano, donde el margen es cada vez más estrecho.
Frente a ese escenario, la Provincia firmó un acuerdo con la Nación para ampliar la cantidad de camas y sumar equipamiento en clínicas privadas.
UNA FASE 3 MÁS “LIGHT” EN CAPITAL
En el equipo de Larreta no disimulan su inquietud por la ocupación de plazas para internados críticos. Pero matizan esa urgencia con la sostenida “estabilidad” en el reporte de contagios diarios -ayer fue de 1.120 casos-, a la vez que esperan que una baja en las cifras para las próximas semanas. Son esos datos los que, como cree el jefe de Gobierno porteño, alientan una mayor apertura de actividades.
Pocas, pero aperturas al fin: habilitaciones de deportes individuales; comercios en zonas como Once, Retiro y Constitución; streaming para espectáculos (sin público); actividades profesionales como arquitectos e ingenieros y el permiso a hoteles para recibir a personas que lleguen del interior, por ejemplo, para realizar algún tratamiento médico.
En cambio, autorizaciones de rubros como el denominado take away plus deberán esperar. Esto es, la habilitación para que bares, cafés o restaurantes coloquen mesas en el exterior de los locales.
“VUELTA” A CLASES Y MALESTAR
En tanto, un tema del que no se volvió a hablar ayer y que causó cierto malestar en la Provincia es el relacionado con el regreso de las clases presenciales a las escuelas porteñas.
Es que, tal como publicó este diario, el miércoles trascendió que la administración de Rodríguez Larreta avanzaría a partir de septiembre con una prueba piloto para la vuelta a las aulas.
Ayer fue el propio ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, quien en teleconferencia con intendentes blanqueó su desagrado. Pues, en el gabinete de Kicillof entienden que, más allá de que oficialmente en la Capital no digan nada, la noticia ya circuló, sumando presión y abriendo nuevos frentes de conflicto en territorio bonaerense.
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