El desplante opositor que se mira en el espejo de Rodríguez Larreta

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Por JOSÉ PICÓN

jpicon@eldia.com

Cuentan que apenas comenzó la reunión virtual con los intendentes, Axel Kicillof dedicó como ya es habitual en cada uno de estos encuentros, varios minutos a fustigar decisiones que adopta el gobierno porteño para flexibilizar la cuarentena. También, para hacer una descripción de la situación sanitaria que, a su criterio, es más compleja en territorio porteño que bonaerense. Pero esta vez, el auditorio reaccionó ante las afirmaciones del mandatario: en forma cuidadosamente coordinada, los alcaldes de Juntos por el Cambio se desconectaron del Zoom como para expresar su malestar. Jorge Macri, Julio Garro, Néstor Grindetti y Diego Valenzuela desaparecieron de la videoconferencia que se realizó el jueves casi en simultáneo, en un gesto que podría leerse como de solidaridad con Horacio Rodríguez Larreta.

La reacción de estos alcaldes es el reflejo de lo que vienen planteando tanto en público como en privado: que la cuarentena debe anotar más flexibilizaciones. El espejo en el que se miran tiene el rostro de Rodríguez Larreta, que es, en lo que se ha dado en denominar el AMBA, quien más avanzó en ir hacia una nueva normalidad de convivencia con el virus.

Estos intendentes presionan por la habilitación de más salidas recreativas y el funcionamiento de bares, por el permiso para los deportes individuales y porque se permita el retorno de las obras que ejecutan los privados como forma de darle algún anabólico a la actividad económica duramente castigada por los efectos de la pandemia.

La novedad del gesto político opositor podría tener alguna acogida en las próximas horas. Si bien Kicillof es el espadachín más duro en el lance por mantener el rigor de la cuarentena, estaría dispuesto a liberar permisos para que en el Conurbano y La Plata se autoricen una serie de deportes individuales que decidió permitir la Nación. Anoche, sin mayores precisiones al respecto, ardía el chat que los intendentes del PJ del Gran Buenos Aires comparten con el Gobernador. Querían precisiones acerca de si lo que planteó el Presidente correrá para la zona más caliente de circulación del virus en la Provincia. Esa avidez demuestra que los intendentes oficialistas también han tomado nota del malhumor social que empujó al gobierno nacional a archivar el término cuarentena. Y que, pese a las prevenciones que piden tomar, sienten la presión social del hartazgo. Lo reconocen al punto de que afirman que excepto por una disparada de casos que haga colapsar el sistema sanitario, no hay forma de volver a una cuarentena rígida. Menos aún para descargar el poder municipal sobre sectores comerciales que luchan por sobrevivir.

 

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