Los 100 años de Rogelia, apasionada por el tejido

Rogelia Pereira celebró sus 100 años y se sumó al club de vecinos centenarios de la Región. Nació en Bavio, y a los pocos años su familia se instaló en Berisso, por cuestiones laborales. Ayer, lúcida, rodeada de afecto, con los cuidados sanitarios de rigor, festejó con mucha alegría este paso trascendental.

A Rogelia le encanta su sobrenombre: “Cheta”. Así le dicen en su círculo íntimo, amigos y allegados. Pero más aún le gusta tejer, se pasa hasta seis horas corridas tejiendo prendas y adornos.

Nació en General Mansilla, el 16 de agosto de 1920. En Berisso conoció al amor de su vida, Carlos Manzuk, con quien creó un hogar a base de mucho esfuerzo y una familia que se amplió con sólidas bases de amor, respeto y compromiso.

Cheta trabajó en el Frigorífico Swift de la vecina ciudad, y Carlos lo hizo en la Base Naval. Tuvieron dos hijas (Nora y Cristina), luego llegaron los nueve nietos y trece bisnietos, que son la pasión de Rogelia.

A la agasajada le encanta comer asados, y disfruta de los detalles de la vida. Muy lúcida y afrontando algunos problemas de salud compatibles con la edad, siempre tiene muy buen humor.

Sus afectos enriquecen y alegran la vida de Cheta. De firme carácter y convicciones además de sus contantes muestras de afecto se ha transformado en un icono de la familia, rodeada de contención y su infaltable tejido.

Uno de los momentos más emotivos de ayer fue cuando llegó el momento de la torta y el aplauso por los 100 años de Cheta, muy querida en el barrio en el que vivió gran parte de su vida. Estuvo, con los cuidados de rigor, hasta hace poco tiempo en su casa de la vecina ciudad, pero luego, a principios de este año, fue a vivir a City Bell con una de sus hijas.

Su humor y sus anécdotas la llevaron a afianzar los vínculos con sus nietos y bisnietos, con quienes mantiene un fuerte lazo vincular, que la reconforta y la alimenta de energías para haber llegado al centenario tan saludable.

Mira algunos programas de televisión, escucha radio y un poco de música, pero su pasión pasa por el tejido, actividad a la que le dedica un buen tiempo en cada jornada.