Susana Pilar Alonso

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Susana Pilar Alonso fue una conocida comerciante de Ensenada que durante varias décadas se dedicó a la venta de indumentaria infantil, pero además fue una mujer de grandes valores y de presencia institucional en la Cámara de Comercio de esa ciudad, por eso su fallecimiento provocó una gran tristeza entre quienes la trataron.

Había nacido el 3 de junio de 1939 en La Plata, sus padres fueron Andrés Jesús Alonso y Gregoria Brígida Montiel Castresana y creció junto a sus hermanos Roberto y Juan Carlos. Pero la vida también le dio dos hermanas de corazón, Yoli y Carmen, hijas de un matrimonio amigo de sus padres.

Susana siempre vivió en Ensenada, estudió en la Escuela N° 6 y en la Escuela Profesional aprendió corte y confección.

Con todo el ímpetu de la juventud, a los 16 años se mudó a Burzaco para abrir con su prima un negocio de ropa para bebés y niños, un rubro en el que siguió casi toda su vida. Tiempo después volvió a Ensenada y abrió “Abrojito” un negocio tradicional que vistió a varias generaciones de chicos.

Fue también una ciudadana de convicciones que participó de un partido político local vinculado al socialismo. Además ocupó diferentes áreas en la Cámara de Comercio de Ensenada. Ya retirada del comercio, fue convocada para trabajar en la secretaría de Producción de ese municipio.

Del fruto de su unión con Nicolás Antonacci, nacieron sus hijas Jorgelina – que a su vez la convirtió en abuela de Simona y Rufina –y Juliana. También quiso como una madre a Fernando y Guillermo, hijos de su mejor amiga y adoró a sus cinco sobrinos.

Susana siempre mantuvo un vínculo estrecho con los niños de su entorno y cultivó con ellos una relación basada en el espíritu lúdico, todos recuerdan cuando los divertía con sus pases de magia.

La amistad también ocupó un lugar importante en su vida y Susana se encargó de estar cerca de los amigos de “La barra” con quienes solía reunirse en el Club Náutico.

Además le encantaba salir con sus hijas o recibir a las amigas de ellas en su casa para pasar las horas conversando, jugando a las cartas o compartiendo distintas actividades. Fue una cálida y gran anfitriona.

Susana fue una mujer muy sociable. Durante muchos años su negocio fue el punto de encuentro de vecinos unidos por una historia común a los que les gustaba dialogar de los temas cotidianos.

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