La noche que el plantel de Racing (C) ganó y acertó los 13 del PRODE
Edición Impresa | 13 de Septiembre de 2020 | 04:32

De película. Así de sencillita es la historia. Tal es así que este año se estrenó un documental llamado “PRODE”, repasando lo que ocurrió aquella noche del domingo 6 de mayo de 1984. Por la 6° fecha del Torneo Metropolitano de Primera División de AFA, Racing de Córdoba recibía al siempre durísimo Ferro de Carlos Griguol (y más en esos momentos). Era el partido que cerraba el fin de semana. Era el último y se televisaba en directo por el viejo ATC (Canal 7). Hasta acá, nada raro.
Lo que sucede es que aquel plantel del Racing cordobés junto al cuerpo técnico encabezado por Pedro Marchetta, aprovechando un pozo de dinero grupal que había, jugó una tarjeta de PRODE. La habían hecho en la semana votando grupalmente cada resultado y la pusieron a nombre de la esposa de uno del grupo. Y como si fuera un guión cinematográfico, llegaron al domingo a la noche habiendo acertado 12 partidos. Solo quedaba 1 por jugar... Sí, solamente quedaba el encuentro propio ante el elenco de Caballito, por lo que de ganar el partido, al mismo tiempo ganarían el PRODE.
Era una locura. Los argentinos esperaban cada fin de semana este juego para ver si podían “salvarse” solo poniendo 1 peso por cada tarjeta. Y esta vez al humilde y sacrificado elenco de Nueva Italia le quedaba servida la chance de volverse millonario. Dependía de ellos y de nadie más.
Por otra parte, absolutamente nadie sabía de esto. Solo el plantel y cuerpo técnico. El ómnibus desde el hotel “Savoy” en Alta Córdoba hasta el Estadio de Instituto (donde Racing hizo de local) fue en medio de una tensa calma. En el vestuario previo no volaba una mosca. ¿Charla técnica? No hubo. Simplemente el Negro Marchetta los reunió y con la boleta de PRODE en la mano les dijo: “Tenemos que ganar. Hay que ganar”. Cada uno sabía lo que significaba ganar ese partido. Era más que los dos puntos... ¡era ganar el PRODE!.
Y fue un encuentro durísimo. Trabado. Luchado. Con mucho nervio. Que se abrió con un golazo del “diez”, capitán y emblema, Roberto Gasparini, tras un sombrerito a un defensor y una volea tremenda en el aire desde afuera del área. Lo empató Ferro antes del descanso con Héctor Cúper, de cabeza, en un córner. Y en el complemento otra vez, el “Pato” Gasparini, pero esta vez de tiro libre convirtió a cinco minutos del final. Fue victoria 2 a 1.
Propios y extraños se sorprendían por el efusivo festejo de los jugadores cordobeses y el cuerpo técnico. Todos se abrazaban, corrían con el puño en alto, saltaban, gritaban en el campo. Nadie entendía nada, parecía que festejaban un título. Recién después de la ducha, cuando se abrió el vestuario, alguien contó que habían ganado el PRODE.
Esa noche hubo festejo en una parrilla para todos, con familiares incluídos, que salió bastante cara según recuerdan hoy. Mientras tanto, cada uno hacía cuentas y pensaba qué haría con el dinero. Se sentían “nuevos millonarios”. En el pozo había 1,7 millones de dólares ya que se había acumulado por haber quedado vacante la fecha anterior. Realmente era muchísima plata.
Pero, como si se tratara de un mal chiste cordobés se supo que esa jugada, la número 561, había tenido nada más y nada menos que... ¡94 ganadores! Es decir, que el premio que les tocaba debían repartirlo entre los 40 del grupo (jugadores, cuerpo técnico, médicos, utileros, etc.), por lo que claramente no iban a ser millonarios. Es más, al otro día al hacer cuentas apenas pudieron pagar la costosa cena del festejo, y a alguno le quedó un poco de plata. Según comentaron en ese momento, con el descuento de impuestos y dividiendo el monto por 40 personas, les quedaron unos 300 dólares a cada uno.
Más allá del premio, realmente fue histórico lo que pasó por la definición digna de película de aquella noche. También hubo críticas sobre que los futbolistas no deberían jugar al PRODE. Y por ejemplo, a partir de ese momento, se dejaron de disputar los partidos nocturnos que cerraban la jornada futbolera de domingo.
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