Otro local gastronómico que no aguantó: cerró la cervecería de 10 y 57
Edición Impresa | 15 de Septiembre de 2020 | 02:37

Otro que no aguantó y cerró. Las restricciones a la actividad, impuestas a raíz de la circulación del Covid-19, y el arrastre de una recesión de largos años, le pusieron el candado definitivo a otro local de la gastronomía platense, la tradicional Cervecería Alemana, que funcionaba en la Ciudad desde hacía casi 90 años.
Se suma así un nuevo emprendimiento, y de los históricos, que baja sus persianas para siempre.
La despedida de este emblema platense entristece a los vecinos. Y es que aquel salón animado de la esquina de 10 y 57, cuando la propuesta producía un intenso movimiento de gente, contrasta con la imagen del local desolado que se ve ahora a través de sus grandes ventanas de vidrio.
Su historia arranca en 1932, cuando La Plata había recorrido tan sólo medio centenar de años. Por entonces ahí se emplazó el antiguo Almacén Alemán, un típico comercio de ramos generales, muy al estilo de esa época.
Fue en 1938 cuando se transformó en lo que hasta ahora funcionaba como la Cervecería Alemana, conservando la fisonomía de antiguo almacén. En 2000 se reinauguró con reformas edilicias, pero preservó la histórica fachada.
El inmueble, bien característico de la arquitectura de las primeras décadas de historia platense, integra el patrimonio cultural de la Ciudad.
Lo típico ahí, dentro de la gastronomía, eran las picadas, algunos platos de origen alemán, los sandwichs y, por supuesto, la cerveza.
En los últimos años, para adaptarse a las tendencias sociales, además de ofrecer el salón para la cena, el local diseñaba menúes ejecutivos que servía en las horas del almuerzo a precios promocionales.
DISTINTOS FACTORES
En rigor, varios fueron los factores que terminaron detonando el proyecto comercial.
A la par que corría el bajo poder adquisitivo de la gente, que, obviamente repercutía en el consumo, se hizo muy fuerte la competencia de los locales de venta de cerveza artesanal. Esa lenta agonía se remató en estos últimos meses con el contexto de la pandemia, que no permite recibir clientes en el local.
Sus propietarios hicieron un intento de incorporarse al delivery y el take away, para dar pelea, pero el esfuerzo no alcanzó para evitar el cierre.
De a poco, con el correr de los días, los dueños fueron retirando del lugar el mobiliario y los elementos de la infraestructura. Ya se ve completamente vacío.
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