Precios y protocolos
Edición Impresa | 9 de Septiembre de 2020 | 01:52

Si bien la decisión de que la temporada de verano 2021 transcurra de la mejor manera posible pareciera tomada, aún existe mucha incertidumbre respecto a precios y formas, aunque en líneas generales se habla de aumentos de entre un treinta y un cuarenta por ciento respecto de los precios del año pasado en materia de alquileres, hotelería y gastronomía.
Desde la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica (AEHG) de Mar del Plata, por ejemplo, señalan que “la verdad es que no tenemos todavía una idea clara de los costos reales. Hubo incrementos en los costos el tiempo que han estado parados hoteles y restaurantes, los protocolos reducen la superficie a la mitad. Faltan tres meses y es pura incertidumbre lo que va a ocurrir”.
Sergio Coronel, de la Asociación de Martilleros de Villa Gesell, dice que las consultas son todavía escasas y desde el Colegio de Martilleros no tenemos precisiones en relación a los valores”.
En la misma línea, Jorge Cocco, vicepresidente de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Afines de Villa Gesell, asegura que aún no tienen consultas. “Se habla de un piso de un treinta o cuarenta por ciento de aumento respecto del año pasado -sostiene- pero todavía es un poco apresurado hablar de precios”.
En Pinamar, en tanto, comerciantes y empresarios señalan que “la expectativa es grande ya que la gente no va poder viajar al exterior”, pero adelantan que “no hay definiciones respecto de los precios, y por lo menos hasta fines de septiembre no vamos a poder alquilar nada. Sin embargo, ya nos están consultando, y cada consulta es guardada, pero todo es hipotético por ahora”.
En cuanto a los protocolos, se está planificando un límite de seis personas por carpa y cuatro por sombrilla, con distancia de cuatro metros entre sombrilla y sombrilla y una carpa vacía de por medio; y una restricción de circulación en los vestuarios y baños, que deberían estar ocupados al cincuenta por ciento. También, se les pediría declaraciones juradas a quienes alquilen carpas para poder controlar y hacer seguimientos. Otra variante es la de concurrir a las playas con barbijo, aunque se apelaría a la responsabilidad individual.
En lo que hace a los restaurantes, las cartas serían digitales o plastificadas, para facilitar su desinfección, y las bebidas se ofrecerían cerradas en botella o lata.
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