Caos, armas por todos lados y una manifestante muerta por una bala
Edición Impresa | 7 de Enero de 2021 | 03:09

WASHINGTON
Tensos oficiales desenfundaron sus armas mientras los legisladores se ponían máscaras de gas y los manifestantes rompían ventanas del Capitolio. Una escena impactante, que dio paso a otras de extrema gravedad, tras el último intento del presidente Donald Trump de revertir el resultado de las elecciones de EE UU, que caldeó los ánimos y produjo un verdadero estallido que sacudió a la democracia de ese país. Además, provocó la muerte de una simpatizante del magnate, tras recibir una herida de bala durante los incidentes.
Los simpatizantes de Trump, ondeando sus banderas azules y los gorros rojos de la campaña con el lema “Make America Great Again” (Haz EE UU grande de nuevo), irrumpieron en el recinto y avanzaron derecho a la cámara de debates.
Una foto que se viralizó en Twitter mostró a guardias de seguridad, vestidos de civil, apuntando con pistolas a través de la ventana rota de una puerta para evitar que entrara más gente.
Los legisladores recibieron máscaras para protegerse del gas lacrimógeno, mientras huían por su seguridad.
Para aquellos que escapaban, era una carrera contra el tiempo: los manifestantes estaban entrando tan rápidamente como salían los miembros del Congreso.
Algunos de ellos ocuparon la oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y se tomaron fotografías ocupando burlonamente su escritorio.
“No veo nada como esto desde que estuve desplegado en Irak”, dijo Mike Gallagher, un legislador republicano y veterano de guerra.
UNA TURBA DESCONTROLADA
La turba cumplió su misión de descarrilar la sesión y literalmente paralizó la democracia después de la última arenga de su líder. En minutos, subía en tropel los escalones del Capitolio. Luego, pequeños grupos violentos se enfrentaron con la policía y finalmente pudieron entrar.
Imágenes mostraron a hombres, algunos con ropa militar, rompiendo una ventana y trepando hacia ella. Otros se subieron a los techos de los vehículos negros de los oficiales, estacionados frente al Congreso y abandonados por sus conductores.
Trump había prometido a sus seguidores que ayer sería un día “salvaje” para la capital de EE UU. Y así fue. No sólo salvaje, sino trágico.
Una mujer que había sido herida de bala por un miembro de las fuerzas de seguridad durante el asalto de manifestantes pro Trump al Capitolio falleció, según fuentes policiales. Había sido trasladada de emergencia a un hospital con una fuerte hemorragia tras recibir el disparo en el interior de la sede legislativa.
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