Dios en campaña
Edición Impresa | 3 de Octubre de 2021 | 03:46

Alejandro Castañeda
afcastab@gmail.com
IN FRAGANTI.- El tema de las parejas disociadas resuena en todos los rincones. No sólo la conducción política acusa desavenencias graves. La revelación de un par de escándalos en matrimonios famosos puso en duda otra vez la frágil estructura de la fidelidad hogareña. Lo de Fernando Gago y Gisela Dulko hizo mucho ruido: por el tema, los actores y el escenario. Protagonistas de esta noticia son dos parejas amigas, de esas tan pegoteadas que al final adquieren el formato atrevido de un swinger medio rengo que reparte sufridos y dichosos. A Dulko se le metió una plateísta en la cama cuando jugaba un torneo casero. Y Gago perdió de local una final. Lo de ser sorprendido en cama propia y con esposa ajena, remite a esos partidos inolvidables: gol en contra en pleno festejo. Gisela, tenista reconocida, probó el sabor de la derrota en el polvo, pero no de ladrillo. Y se sintió triplemente ultrajada por el peloteo de amiga, cama y marido en set ardiente con aroma a motorhome. En una misma semana, Fernando fue echado de Aldosivi y de su casa. Tarjeta roja multiplicada para un famoso que venía ganando en la cama y venía perdiendo en la cancha. Ahora, la ex tenista y ex señora, con dolor y bronca tuvo que aprender algo nuevo: no se puede jugar dobles con cualquier pareja.
DESPIADADA.- El temido virus enseñó que la naturaleza siempre tiene en carpeta alguna nueva calamidad. Esta semana, en medio de volcanes desbocados, un estudio reveló que la Tierra refleja ahora menos luz que hace dos décadas. El mayor descenso se produjo en los últimos tres años, según el trabajo encabezado por especialistas de Estados Unidos y difundido esta semana por AGU Geophysical Research Letters. La coquetería de tener un planeta redondito y brillante, se va oscureciendo. ¿Por qué se opaca? La naturaleza nunca da explicaciones. Una inundación lo tuvo a mal traer a Noe y toda su comitiva; un meteorito acabó con los dinosaurios; la era glacial dejó tiritando medio planeta. Los desastres de estos días mostraron en acción una naturaleza despiadada. El filósofo alemán James Rhodes dijo que el Covid 19 nos enseñó que algo está cambiando en nuestra relación con el medio ambiente. “Ya no podemos romantizarla tan fácilmente como se hizo en la Europa del 1800, cuando se pensaba que la naturaleza estaba llamada a proporcionarnos sentimientos bellos y sublimes a través de escenas alpinas o marítimas”. Y sugiere: “Ya es hora de desmitificar lo sublime. Es cierto que la naturaleza es majestuosa y su productividad inconmensurable, pero también es la madre de todos los venenos, tanto del reino animal como vegetal”.
El viejo aforismo ya lo decía: Dios perdona siempre; el hombre, a veces; la naturaleza, nunca.
PLATITA Y DIOS.- La invocación a la platita y a Dios para afrontar noviembre con mejores chances, descubre el alma militante de algunos creyentes tardíos que apelan al cielo cuando la tierra trae malas noticias. El ministro Manzur sabe que el Gobierno ha invertido mucho en ideología y por eso se encomienda al creador para que aporte unos votos extras en la atropellada final. El trajín pre electoral deja ver la verdadera fe de aquellos candidatos que ya no confían ni en gobernadores ni en sindicatos ni en intendentes. El ruego para que Dios se meta en la campaña, supera el pedido más desesperado. “Rezar es actuar sobre el mundo, es intervenir activamente en la marcha de las cosas. Rezar es hacer política”, escribió el español Salvador Paniker. Esa apelación directa a la divinidad expuso el clima incierto de estos días. Alberto apeló al gobernador Manzur cuando sintió que angelitos y angelitas desgastadas lo culpaban por la derrota. Y de entrada, el tucumano fijó su hoja de ruta: madrugar, abrir todo lo que estaba cerrado, licenciar barbijos, volver a las canchas, salir de recorrida con boletas y estampitas y hacerle caso al Dr. Gollán, que receta dosis de platita ante cualquier dolencia. A partir de allí, Manzur definió la táctica: pedirle silencio al Presidente, encolumnarse tras el más allá y hacer campaña con subsidios en un bolsillo y relicarios en el otro. “Que Dios nos ayude”.
Gago venía ganando en la cama y venía perdiendo en la cancha
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