Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar

"Cuando el Olimpo choca con la Pampa": el tiempo pasa, pesa y pisa

Sol Miraglia y Hugo Manso enfocaron su cámara en Ricardo Cinalli, artista visual exitoso en el pasado que hoy habita en una gran casa rodeado de sus obras. Se muestra hoy en el Select, en el marco del Festifreak

"Cuando el Olimpo choca con la Pampa": el tiempo pasa, pesa y pisa
8 de Octubre de 2021 | 01:00

Ricardo Cinalli vive en su propio museo: su obra de colosos desnudos de brazos fuertes y grandes músculos, aquella que lo convirtió en una figura notoria en el mundo del arte en la década del 80, lo rodea en su casa londinense; gigantesca, totémica, esa misma obra pareciera convertirse, bajo la lente de Sol Miraglia y Hugo Manso, realizadores de “Cuando el Olimpo choca con la Pampa”, en fantasmas que señalan la soledad de Cinalli, el olvido, el atroz paso del tiempo. 

Es que el documental, que se mostrará esta noche a las 19 en el Cine Select del Pasaje, en el marco de la competencia de largometrajes argentinos del 17° Festifreak, retrata a Cinalli, sus manos, su vida, su trabajo, su presente, pero también registra esos aspectos evanescentes que rodean al artista septuagenario: se convierten en tema, sin señalarlos, “el paso del tiempo, despedir a los seres queridos, la destrucción de las cosas”, enumera Miraglia.

La realizadora conoció a Cinalli a través de su padre, cuando ella era todavía una adolescente. “Yo no sabía qué hacía, ni me interesaba mucho, pero pegamos muy buena onda”, cuenta, y recuerda que ya por entonces percibió una primera pista del magnetismo de Cinalli: “Con Ricardo nos pasa que es como estar en otro estado, no en el aquí y ahora”, explica.

Cinalli se enfermó, pasaron años con él en Europa y Miraglia en Argentina, hasta que un día, apareció en una fiesta de fin de año del padre de la cineasta, que ya estaba en pareja con Manso. “Fue como volverlo a conocer”, dice. Charlaron, le contaron del deseo de viajar a Europa y los invitó a su casa en Londres: “Ahí empezó todo, convivimos con él diez días”.

“Ahí conocimos la casa, que en la película tiene mucha importancia”, suma Manso. “Su casa es el lugar donde está rodeado de sus obras, y nosotros veníamos de otro mundo, estábamos trabajando en nuestro primer documental, viajando por primera vez a Europa, y entramos ahí, en esa locura…” 

Ese ingreso en otro universo implicó “un shock”, dice el realizador: “Cuando te encontrás con alguien te tenés que adaptar que está en otro tiempo, vive en un tiempo diferente y tiene una forma distinta de convivir con todo. Está al costado, porque lo eligió: podés quedar afuera o enamorarte de eso. A nosotros nos sedujo: a la vuelta en el avión ya sabíamos que teníamos que hacer una película con él”, con la intención de “transmitir de forma fiel esa energía, esa soledad”, esa otra forma de habitar el tiempo, de moverse. “No es una persona de ahora”, reflexiona Manso.

Esos aspectos “etéreos” son, desde ya, “complicados de llevar a algo concreto”, cuenta Miraglia, incluso a pesar de que esa energía “todo el tiempo estaba vibrando”. “Intentamos codificar el paso del tiempo”, cuenta la directora, y rozar en el camino ciertos valores del mundo del arte, las ideas de éxito, legitimación. “¿Qué pasa cuando uno crece, con esa obra, esa soledad?”, se pregunta Miraglia.

Responder, junto con Cinalli y cámara de por medio, ese interrogante retórica, implicó también “acompañar a alguien en el último período de su vida. Y ahí pasan cosas, es algo que nos indaga todo el tiempo”. Ver ese paso del tiempo en acción es “enfrentarse a un espejo, también, enfrentarse a los propios miedos”, y el proceso se convierte así en “un acompañamiento, casi como una terapia”: “Cuando el Olimpo choca con la Pampa” se construye así “en paralelo”, junto con Cinalli, y no “desde arriba. ¿Para qué subirse a los hombros del personaje?”, se pregunta Manso. 

“Nunca podríamos embarcarnos en un proyecto donde no haya empatía, un afecto mutuo, porque realizar un documental es como un proyecto de vida, es como que alguien entra en tu casa tres, cuatro años, como un tercero en la pareja”, agrega Miraglia.

El ingreso en el hogar del otro fue mutuo: Miraglia y Manso se llevaron lo filmado a su hogar, para ver el material, para trabajarlo y discutirlo, pero antes se habían internado en la casa de Cinalli, una inmersión en ese otro tiempo, en ese otro mundo. Allí Manso señala los paralelismos con su anterior película, “Foto estudio Luisita”, “películas muy diferentes desde lo formal”, pero unidas por esa inmersión en el hábitat del sujeto. “Creemos que dónde vive alguien habla mucho más que otras cosas, cómo vivís, tu living, tu habitación, dice más que los discursos que tenés, que las bajadas de línea. Es un gran material de archivo. Nos pasó con Luisita y también con Ricardo”.

Esa inmersión transformó las ideas con las que Miraglia y Manso entraron al proyecto. Y en el camino, además, fueron pasando cosas: “Íbamos a ir a filmar sus obras más importantes, pero una obra la sacaron los chinos porque pusieron una multinacional, otra se está cayendo a pedazos. Todo muy simbólico, pero sucedió en el momento. En la realidad”, relata Miraglia.

Durante el tiempo compartido, Miraglia y Manso dieron también con un enorme archivo audiovisual casero de Cinalli, que sirvió de base para contar los dos tiempos que recorre el documental, el pasado y el presente, el éxito y la soledad.

“Cuando el Olimpo…” se verá en el Festifreak por tercera vez en forma presencial. Pasó por el Bafici, y tuvo una proyección en Grecia, donde estuvo Cinalli, y planifican para los próximos días mostrarla en el Club Lucero, un bar jardín en Palermo donde la película se ve con auriculares. Pero, acepta Manso, por la pandemia “no tuvo un recorrido regular”, el típico camino de festivales y estreno. “Estaba todo listo y en marzo de 2020 se congeló todo: veníamos de terminar la película hace poco tiempo, pero ahora ya lleva dos años terminada. Y es diferente presentarla ahora. Hay algo que se pierde, y también una mirada nueva que se suma”.

“Es otra instancia”, cierra Miraglia. “En general cuando estrenás una película recién terminás el sonido, estás muy metido. Ahora es como un hijo que está por ahí, que viaja solo en colectivo”.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$670/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6280

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$515/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $4065

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$515.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $4065.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla