Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Información General |Pandemia Y SALUD MENTAL

Coviestrés: la angustia y la depresión, otras de las huellas del coronavirus

Psiquiatras, psicólogos y biólogos advierten que, así como la fatiga crónica o la pérdida de olfato, el estrés está entre las secuelas que el Covid-19 deja en nuestro cuerpo

Coviestrés: la angustia y la depresión, otras de las huellas del coronavirus
12 de Diciembre de 2021 | 02:02
Edición impresa

Los efectos del coronavirus en la salud van mucho más allá de lo infectológico y están siendo analizados en todo el mundo. La depresión y el malestar que genera el virus, revelan las primeras investigaciones, muestra síntomas tan variados como coincidentes en una principal reacción: el estrés. Por eso la pregunta resulta casi inevitable: ¿es el estrés una secuela del coronavirus casi tan irremediable como lo son la fatiga crónica o la pérdida de olfato?

Los síntomas de esa ansiedad o depresión pueden ser tan variados como variadas las personas que lo sufren: taquicardia. Escalofríos. Falta de aire. Dolor en el pecho. Náuseas. Inquietud.

Para la psicóloga cognitivo conductual Cires Irigoyen, “sería imposible que esto no deje una huella psicológica. Estos traumas psicosociales me hacen acordar a situaciones de posguerra. Nos ha golpeado a todos. Personas que perdieron su trabajo, pérdidas de familiares, de amigos. Supongo que el impacto psicológico en cada uno será diferente y no se puede generalizar. Pero desde ya esto está dejando secuelas. El tiempo nos dirá cuáles serán esas consecuencias”.

Se sabe que el contexto es amenazante e incide de manera directa en nuestra salud mental. El virus invisible acecha de manera silenciosa. La muerte se quitó el velo y se sienta a la mesa a tomar mate sin invitación. En el último año y medio, nuestras vidas han dado un giro de 180° y eso, indefectiblemente, tiene efectos a corto o largo plazo. ¿Acaso estamos atravesando traumas psicosociales aún sin darnos cuenta?

Lo que analizan distintos médicos tiene relación directa con un reciente estudio realizado por investigadores italianos y según el cual el 56% de las personas que se recuperan tras haber tenido coronavirus presenta algún trastornos psicológico: ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático, insomnio o síntomas de trastorno obsesivo-compulsivo.

Los investigadores del estudio llevado a cabo en el Hospital San Rafael de Milán, que se ha publicado en la revista Brain, Behavior and Immunity, realizaron un seguimiento a 402 adultos (265 hombres y 137 mujeres) que habían estado atendidos en el hospital a causa del Covid-19 (300 fueron hospitalizados por una neumonía grave y 102 tratados en su domicilio). A través de entrevistas clínicas y cuestionarios de autoevaluación se observó, concretamente, que el 28% sufrían trastorno de estrés postraumático, el 31% tenía depresión, el 42% presentaba ansiedad, el 40% tenía insomnio y el 20% mostraba síntomas de trastorno obsesivo-compulsivo.

MAL DE ÉPOCA

La situación socioeconómica generadas por la pandemia, así como la incertidumbre frente lo que podría suceder si ocurriese en el país una tercera ola tan intensa como las anteriores, generó en este último tiempo un aumento notable en la cantidad y gravedad de sufrimientos psíquicos y síntomas como insomnio, ansiedad y adicciones.

“La situación de pandemia produjo un aumento del sufrimiento mental y sintomatología como consecuencia de la alteración de la vida cotidiana, la presencia de la muerte, las pérdidas, que requirieron un esfuerzo adaptativo muy importante de las personas que se enfrentaron a muchos duelos; no sólo por muertes, sino también por proyectos que no pudieron realizarse o pérdidas de trabajo”, dice la psicóloga Alicia Stolkiner.

La especialista, profesora titular de Salud Pública y Salud Mental de la Facultad de Psicología de la UBA, apunta que “la aparición de cuadros y síntomas no se reduce a lo tradicionalmente definido como psíquico, como ansiedad o insomnio, sino que también aumentó por ejemplo el bruxismo como consecuencia de la tensión al dormir o enfermedades de la piel o autoinmunes, de origen psicosomático”.

En el mismo sentido, Ricardo Corral, médico psiquiatra asistencial y presidente de la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP), sostiene que “la pandemia incrementó la cantidad y gravedad de los cuadros de salud mental porque generó temores y preocupación en toda la población con un impacto diferente según la pre-existencia de cuadros y la convivencia con personal vulnerables frente al virus”.

En el caso de pacientes que ya tenían patologías psiquiátricas, apunta Corral, “muchos no tuvieron acceso a consultas, controles y tratamientos como sucedió con otras patologías, por lo cual tuvieron un agravamiento de sus cuadros. En el Hospital Borda, por ejemplo, hemos tenido reingresos de descompensaciones producto de discontinuaciones de los tratamientos”.

Sin embargo, Stolkiner aseguró que “aquellos que ya estaban en tratamientos de salud mental y pudieron mantenerlos tuvieron una resistencia mayor a la situación de pandemia que muchas personas que anteriormente no presentaban síntomas”.

El médico psiquiatra Patricio Rey, en tanto, del departamento de Salud Mental del Hospital de Clínicas, coincidió en que “la salud mental de la población ha empeorado por cuestiones relacionadas al encierro, a las limitaciones sociales y a la situación socioeconómica. Ahora estamos viendo cómo se incrementan las consultas con la reapertura de las actividades en busca de apoyo profesional”.

El especialista, además, puso especial énfasis en que la problemática claramente no es un fenómeno local sino que traspasa las fronteras. “A nivel mundial se incrementó la patología mental en adolescentes -dice-, sobre todo trastornos de ansiedad, adicciones, aumento de autolesiones, idea suicida y actos suicidas”.

Lo que cuentan los diferentes médicos en este último tiempo entra en perfecta sintonía con lo que viene analizando la bióloga argentina Haydée Viola, quien estudia desde hace 30 años la formación de memorias y los mecanismos de aprendizaje a nivel cerebral. Actualmente lleva adelante una investigación sobre el impacto de la pandemia en la ansiedad, la depresión, la creatividad y la memoria de la población argentina, y uno de sus principales hallazgos es que hay un impacto diferenciado según factores como el género, la realización o no de actividad física y la extensión del aislamiento social de las personas.

“Encontramos que las mujeres experimentan un mayor grado de ansiedad y depresión que los hombres; también que realizar actividad física con una alta frecuencia (más de tres veces por semana) se asocia con que las personas evidencien menores niveles de ansiedad y depresión; de la misma manera que haber guardado confinamiento se asocia con mayores niveles”, detalló Viola.

El 56% de los que se recuperan del Covid presentan luego algún trastorno piscológico

 

“Somos seres sociales, haber tenido que aislarnos repercutió negativamente en nuestro estado mental”, sostiene quien es doctora en Biología por la UBA e investigadora Principal del Conicet en el Instituto de Biología Celular y Neurociencias “Dr. Eduardo De Robertis”. La investigación (actualmente en curso) comenzó en octubre de 2020, con la realización de una encuesta a través de las redes sociales, consultando a jóvenes de la zona del AMBA cuál era su percepción del impacto del aislamiento social y la pandemia en sus niveles de estrés y ansiedad. Esa primera encuesta fue diseñada por el biólogo e investigador Fabricio Ballarini, quien convocó a Viola para analizar los resultados.

“Luego hicimos una segunda encuesta en mayo de este año, ya con la campaña de vacunación iniciada, ampliando el número de casos y establecimos dos grupos: uno de 18 a 30 años y otro de 31 a 50. Finalmente se lanzó una tercera encuesta en noviembre, para ver cuál es el impacto a medida que evoluciona la pandemia en el tiempo”, explicó Viola.

Para la investigadora, resulta importante encarar una investigación de este tipo debido a que “permite conocer cuáles son los grupos más vulnerables, identificar factores y grupos de riesgo. El rol de la ciencia es generar conocimiento para tomar mejores decisiones. Conocer los procesos que ocurren en el cerebro nos permite afrontar mejor los desafíos. Lo vimos con la irrupción de la pandemia: se pudieron hacer test diagnósticos, vacunas y telas para barbijos gracias a que teníamos un sistema científico que -pese a todas las crisis- seguía en pie y funcionando”.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
Multimedia

El covid-19, lo comprueban cada vez más estudios, deja secuelas no sólo físicas sino también psicológicas/web

+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$670/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6280

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$515/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $4065

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$515.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $4065.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla