A favor del desarrollo normal de los planes de vacunación contra el COVID

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En varias oportunidades desde que se inició la pandemia en marzo pasado hubo que referirse a la falta recursos para enfrentar la lucha cotidiana en los hospitales que sufrieron los planteles de médicos y auxiliares, en situaciones que se tradujeron, lamentablemente, de alguno de ellos o en numerosos casos de contagios para ese personal, instándose en cada una de esas ocasiones a que se intensificaran el apoyo y los cuidados sanitarios que merecen profesionales entregados a una tarea vital para la población.

Como se ha señalado y pese al tiempo transcurrido, el contexto actual sobre la situación que atraviesan los planteles médicos y de auxiliares en todo el país, no deja de preocupar. Desde marzo pasado fueron casi 18.000 los contagios y más de 196 las muertes por coronavirus del personal de salud argentino, según datos oficiales sujetos a actualización.

Muchas entidades profesionales y gremiales del sector hicieron conocer comunicados, en los que se pidieron elementos médicos aptos para combatir el COVID-19, desde aquellos de protección, como mascarillas profesionales, camisolines y otros hasta equipamientos de mayor complejidad.

A esos problemas estructurales se sumaron las sobrecargas propias de un trabajo estresante y agotador. La Federación Cardiológica Argentina encuestó a un universo de 2.000 médicos, enfermeros, psicólogos y kinesiólogos, de cuyas respuestas surgieron estas conclusiones: “Miedo a contagiar a familiares o seres queridos, angustia, ansiedad e insomnio son algunos de los efectos que diferentes profesionales de la salud están experimentando desde el comienzo de la pandemia a raíz del trabajo que realizan”.

Es en ese contexto en el que puede inscribirse en La Plata el caso de un médico de 72 años de edad que, desde mediados del mes pasado, a pesar de haber sido citado para que concurriera a aplicarse la vacuna Sputnik V en el Hospital Noel Sbarra, no pudo recibirla.

Si bien no pertenece en forma directa a los equipos que enfrentan al coronavirus, Roberto Gregorio Torrijos es médico, jefe de unidad de cuidados intensivos, cardiólogo, trabaja en el Hospital Español y entre sus pacientes hubo y hay muchos que tuvieron COVID. “No sólo por edad sino por profesión, soy de riesgo”, dijo.

Está claro que, por la suma de características que la convirtieron, hasta hoy, en un irresuelto desafío planetario, la pandemia supuso para las autoridades sanitarias de todas las jurisdicciones un desafío extremadamente complejo. Se encuentran ahora, en sus primeros pasos en nuestro país, los programas de vacunación y por ello es que corresponde aguardar que se desarrollen con la mayor normalidad posible, respetándose los turnos dispuestos y evitándose, a todo trance, arbitrariedades o privilegios que nada tienen que hacer frente a una emergencia de semejante gravedad.

Ayer se dio un primer paso en la Provincia y en la Región con la vacunación delos adultos mayores y docentes, y se espera que continue con la mayor normalidad posible y se llegue a un alto número de vacunados.

 

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