Sorpresa por la renuncia de la vicedecana de la facultad de Medicina
Edición Impresa | 3 de Febrero de 2021 | 01:49

Gran sorpresa ha causado en la facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) la renuncia de su vicedecana, María Alicia Marini -conocida por todos como Marita. Una dimisión prácticamente sin precedentes en la historia de esa unidad académica y que, en palabras de la médica pediatra, obedece estrictamente a “razones de salud” y a un “fin de ciclo”, pero no a las supuestas fricciones que, según trascendidos, existirían entre ella y el decano, Juan Ángel Basualdo Farjat: “No fue ese el detonante, hay una excelente relación”, aclaró.
Exdirectora de la ex Casa Cuna y una verdadera referente de la pediatría, Marini había asumido el vicedecanato de Medicina en 2018, de la mano de un frente opositor interclaustros que logró desbancar a la agrupación de profesores que por un cuarto de siglo gobernó en 60 y 120: Hoja de Roble.
Ya en 2013, en las elecciones del claustro docente, había liderado una lista opositora a Hoja de Roble que la dejó a las puertas del consejo directivo y desde entonces trabajó en pos de una unidad que tuvo su histórico corolario en 2018.
Pero ahora, en el año en el que la Universidad y la facultad deberán renovar autoridades, Marini deja el vicedecanato porque siente que ya cumplió su tiempo y porque, según consta en su renuncia, “razones médicas” afectan su salud, un cuadro al que debe prestar especial atención en el contexto de la pandemia. Pues integra uno de los grupos de riesgo.
Ahora el decano deberá proponer el reemplazo, que luego tiene que aprobar el consejo directivo
En cambio, la también profesora titular de la Cátedra de Pediatría B -cargo en el que continuará y retomará en marzo, tras varios meses de licencia médica- negó de plano las versiones que apuntan un presunto cortocircuito con el decano como motor de su salida. No son pocos los que en Medicina oponen el “espíritu confrontativo” de aquel a la “actitud dialoguista” y “componedora” de la ahora exvicedecana. Lo que se dice, una marcada diferencia de estilos.
“Cada uno tiene su personalidad; como en cualquier conducción, nunca va a haber uniformidad, pero nuestra relación es de mucho respeto y armonía”, insistió Marini y que abandona su puesto directivo porque “requiere de mucha gestión. Este año la Facultad tendrá 28.000 estudiantes (unos 8.000 ingresantes); se necesita gente muy preparada para eso, con otro tiempo, otra edad y un mejor estado de salud. Prefiero dejar el lugar”.
Casada con el cardiólogo Elías Sisú y madre de dos hijas también médicas, Marini se graduó en Medicina en 1978, donde desde 2002 es titular de Pediatría B (cargo que ganó por concurso y ha revalidado hasta hoy). A esa cátedra volverá a dictar clases a partir del próximo mes, tras una licencia médica por razones de salud que la mantuvo alejada desde agosto del año pasado. El regreso, como ya anticiparon en la facultad de 60 y 120, será a la distancia: “Por Zoom, todo un desafío. No es fácil enseñar materias clínicas en forma remota”, lamentó, casi como anhelando ese demorado reencuentro presencial con sus alumnos.
Seguirá la profesora. Se va la vicedecana. Una excepción que el estatuto de la UNLP no contempla, aunque, según confirmaron fuentes del Rectorado, deberá ser el decano de Medicina el encargado de proponer el reemplazo de Marini y enviarlo al consejo directivo, donde se necesitarán 9 -de 16- votos para su validación.
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