Christopher Plummer: el último viaje del capitán von Trapp
Edición Impresa | 6 de Febrero de 2021 | 05:38

El actor canadiense Christopher Plummer, que interpretó al rígido capitán Von Trapp en “La novicia rebelde”, con el que logró llegar a los corazones de varias generaciones, murió ayer a los 91 años, dejando atrás una carrera de 75 años, moviéndose entre el cine, el teatro y la televisión.
Plummer falleció en su casa en Connecticut, en el noreste de Estados Unidos, acompañado de su esposa Elaine Taylor, con la que estaba casado desde hacía 53 años.
“Chris era un hombre extraordinario que amaba y respetaba profundamente su oficio”, dijo Lou Pitt, su amigo y agente durante décadas. “Era un tesoro nacional que profundamente apreciaba sus raíces canadienses. A través de su arte y humanidad, tocó todos nuestros corazones y su vida legendaria perdurará por generaciones”, añadió.
En 1965 protagonizó junto a Julie Andrews “La novicia rebelde”, interpretando al viudo aristocrático Capitán von Trapp en la recordada película sobre una multitudinaria familia en la Austria al borde de la Segunda Guerra Mundial.
La combinación de su formalidad con la ternura de Julia Andrews generó una química inolvidable. En 1998 el American Film Institute consideró a “La novicia rebelde” la cuarta mejor película musical de la historia.
Lo curioso es que a Plummer nunca le gustó el personaje. “Horrible, sentimental y cursi”, llegó a decir de él. Pero era su trabajo y lo superó con nota.
Con más de 100 filmes en su haber, tanto en inglés como en francés, su primera nominación al Oscar llegó en 2010 por su interpretación del escritor ruso León Tolstói en “La última estación”.
Finalmente se llevó la estatuilla dorada dos años después, a los 82 años, por su papel secundario en “Beginners” como un hombre que sale del clóset cuando su esposa muere. Hasta ahora es el actor de mayor edad en ganar el preciado lauro.
En 2018, fue nuevamente nominado al máximo galardón del cine por “Todo el dinero del mundo” tras suplantar en el último minuto al anterior protagonista, Kevin Spacey, cuyas escenas ya rodadas fueron eliminadas tras acusaciones de conducta sexual indebida en su contra.
Su entrada a este proyecto merece una mención especial: a punto de cumplir 88, Plummer recibió una llamada para reunirse de inmediato con Ridley Scott en Nueva York: tenía nueve días para rodar todas las escenas de su próxima cinta en las que aparecía el protagonista de “Belleza americana”, despedido por sus escándalos sexuales.
Era una noche de noviembre de 2017, la cinta se estrenaba en diciembre y Plummer contaba con dos días para aprenderse el guion. Aprobó el reto con mayúsculas, y de paso se llevó la nominación al Oscar. Entonces se bromeaba en los pasillos de Hollywood con que si tenías un actor metido en escándalos, bastaba con llamar a Plummer.
En 2019, el actor protagonizó la serie dramática de suspenso “Departure”, un proyecto que lo sorprendió al filo de los 90. “Sólo tenía esperanzas de que, a mi edad, me funcionara la memoria. Tuve que aprender mis diálogos muy rápido’’, dijo en aquel entonces.
Hubo períodos inactivos en su carrera, con una cinta de “La Pantera Rosa’’ por aquí, “Dracula 2000” por allá e incluso una de “Star Trek”’, como Klingon, ni más ni menos.
En 2006 fue parte del reparto secundario de “La casa del lago”, protagonizada por Sandra Bullock y Keanu Reeves, dirigida por el argentino Alejandro Agresti.
Pero Plummer tenía en mente más razones que los guiones.
“Durante mucho tiempo, acepté papeles que me llevaron a lugares atractivos en el mundo. En vez de filmar en el Bronx, prefería ir al sur de Francia, como la criatura loca que soy… Así que sacrifiqué mucho de mi carrera por hoteles más bonitos y playas más atractivas”, dijo a AP en 2007.
EN BROADWAY, TAMBIÉN
Nació en 1929 en Toronto (Canadá) y se crió en Quebec en una familia destacada del país, entre cuyos parientes figuraba un exprimer ministro, un abogado pionero en patentes, una artista y el actor Nigel Bruce.
Plummer decidió explorar el lado artístico después de llamar la atención de los periódicos locales con una función de “Orgullo y Prejuicio” durante sus años de instituto. Así comenzó una carrera por los escenarios que culminó con su debut en Broadway en 1953.
El actor interpretó la mayoría de los grandes papeles de Shakespeare, incluyendo Hamlet, Iago, Otelo, Próspero, Enrique V y un elogiado Rey Lear en el Lincoln Center en 2004.
“Logré acabar el ciclo de los grandes roles clásicos”, dijo al diario británico The Guardian en 2018. “Los interpreté todos, algunos más de una vez. Pero los roles que estoy recibiendo en películas ahora son maravillosos, los últimos 10 han sido fascinantes”, manifestó en aquel entonces.
El actor que era un astro frecuente en el Festival de Stratford de Shakespeare, su especialidad. “Me he vuelto más y más simple interpretando Shakespeare’’, dijo en 2007.
Plummer ganó dos premios Tony. El primero en 1974 como mejor actor en un musical por el papel protagónico de “Cyrano”, y el segundo en 1997 por su representación de John Barrymore en “Barrymore”’. También recibió dos premios Emmy.
Reconocido por su presencia teatral y gran temple ante las cámaras que despertaba total confianza entre los directores, con una actitud que “puede pulir los espejos”, como dijo alguna vez el crítico John Simon, Plummer no creía en el retiro.
“Demasiada gente en el mundo está infeliz con su suerte, y entonces se retiran y se vuelven vegetales. Creo que la jubilación en cualquier profesión es la muerte, así que estoy decidido a seguir trabajando’’, había dicho hace algunos años.
“Me he vuelto más y más simple interpretando a William Shakespeare”
Plummer se casó en 1956 con la actriz ganadora del Tony Tammy Grimes, con quien tuvo una hija, la actriz Amanda Plummer, al año siguiente. La pareja se divorció en 1960. Un subsiguiente matrimonio de cinco años con Patricia Lewis terminó en 1967. El intérprete se casó en 1970 por tercera y última vez con Taylor, una bailarina a la que acreditó el haberlo ayudado a superar un problema de alcohol.
En 1968 recibió el máximo honor que otorga su país natal a un civil al ser nombrado Compañero de la Orden de Canadá por la reina Isabel II y en 1986 fue incorporado al Salón de la Fama del Teatro Estadounidense.
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