La incapacidad para construir acuerdos sincerando la realidad y las falsas promesas

Edición Impresa

En el escrito del economista platense y ex ministro de Economía, se destacan varios párrafos, entre ellos en los que hace alusión a la responsabilidad política y la defensa de las instituciones como baluartes para el país.

“Para llegar a ciertos acuerdos, la dirigencia política debería preparar el terreno. Esto obliga a sincerar la realidad y definir los problemas centrales. Mientras tanto, abstenerse de hacer falsas promesas de bienestar, reduciendo los problemas a enunciados facilistas que pueden servir para ganar elecciones, pero no para gobernar ni para mejorar la vida de los argentinos”. Para Remes Lenicov, “la peor opción es reiterar lo que, en general, se ha venido haciendo: desconocer el conflicto distributivo y avanzar por cualquiera de los caminos propuestos, respectivamente, por el populismo o por el neoliberalismo. Cualquiera de esos caminos termina en crisis, ya sea por la imposibilidad de superar las restricciones económicas, o por la inviabilidad política y social al ignorar legítimas demandas sociales. Fracaso evidenciado por el comportamiento cíclico de la economía argentina.

En un apartado en el que habla de las “Excusas para justificar la falta de solución a los grandes problemas del país”, el economista destaca la importancia de la cuestión institucional.

“Algunos dirigentes consideran que las instituciones vigentes crean problemas que impiden encontrar soluciones. En realidad, las instituciones básicas de nuestro país son muy parecidas a la de los países occidentales, desarrollados o en vías de desarrollo. La experiencia de esos países es que no son esas instituciones las que impiden progresar hacia un crecimiento sostenido y con mejor distribución de los ingresos, sino los errores de política económica. Sin embargo, es usual en nuestro país forzar el significado de las instituciones políticas, o violarlas, afectando la independencia de los poderes y el principio de legalidad, pilares del sistema republicano. Concentrado el poder de decisión en el Presidente, el sistema político, de hecho, elude al Congreso o lo convierte en su apéndice, limita la independencia de la Justicia y debilita a los organismos de control”.

“Actúa, así, un unitarismo real y un federalismo aparente. También hace tabla rasa con la democracia interna de los partidos. Todo lo cual facilita la corrupción, que por esas mismas razones, rara vez concluye en condenas ejemplares. Esta degradación de las instituciones, sorteando la división de poderes y concentrando poder en una sola persona, además de ser un pésimo ejemplo para toda la sociedad, que tiende a la anomia, constituye un obstáculo insalvable para el crecimiento. El autoritarismo produce inseguridad jurídica. Es ésta una de las principales causas del clima adverso a la inversión productiva y al empleo formal”, explica.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE