"Cerro Quemado": un viaje hacia las raíces olvidadas y hacia otra forma de estar en el mundo

El documental de Juan Pablo Ruiz sigue a la folclorista Micaela Chauque en su travesía hacia el reencuentro con su abuela, última moradora Coya del paisaje andino

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Un mediodía, el cineasta Juan Pablo Ruiz y la folclorista Micaela Chauque se encontraban comiendo algo, tomando un vinito y charlando, como hacían frecuentemente. Y “ella me contó entonces un sueño recurrente que tenía con el lugar donde nació, con sus ancestros, con su abuela, a la que no veía hace mucho. Un sueño que la perseguía, que se le presentaba a menudo. Me conmovió lo que me contó, y le propuse acompañarla llegado el momento en que viajara a visitar a su abuela. Y hacer una película con eso”.

Esa fue la semilla de “Cerro Quemado”, película de Ruiz que se estrenó ayer en la plataforma Cine.Ar Play y que se verá esta noche, a las 22, en el canal de cable Cine.Ar: el cineasta esperó “el momento en que ella estuviera preparada para hacer el viaje” y cuando recibió el llamado, fue con su cámara dispuesto a filmar un documental pero también “a acompañar esa motivación de Micaela”.

El resultado es un filme en el que Chauque emprende un viaje junto a su madre, Cornelia Yurquina, en busca de su abuela, Felipa Zerpa, última moradora Coya del olvidado, duro pero extraordinario paisaje andino de Cerro Quemado. El trayecto se convertirá no solo en el retrato poético de un mundo a punto de desaparecer, sino también en el encuentro íntimo, espiritual, de tres mujeres de generaciones distintas unidas por un mismo linaje ancestral.

“Son personajes que me posibilitaron hablar de algo más trascendente, más urgente: el exterminio de esta cultura que poblaba Cerro Quemado, y que a partir de la llegada del hombre blanco y del ingenio desapareció. A partir de este trazo argumental mínimo, podía conectar ambas cuestiones”, comenta, en diálogo con EL DIA, Ruiz, director de “La palabra empeñada”. La cinta es en ese sentido el retrato de un reencuentro con las raíces, con visos de cine de denuncia, de cine que quiere dar una batalla cultural. 

Ruiz concuerda: “El cine debe dar esa batalla cultural, pero debe darla a partir de elementos poéticos”, opina. Por eso, en “Cerro Quemado” “hay una intención en el tratamiento narrativo de explorar otras formas de contar, explorar las formas que el cine documental ofrece”. 

Es decir: no es una cámara que solo observa esa travesía hacia las raíces, sino también una cámara que busca mimetizarse con otra cosmovisión, con otra forma de estar en el mundo, una forma al borde de la extinción. “Quise darle un tratamiento que tuviera que ver con la cosmovisión de ellas, con el tempo cardíaco de ellas, y con su emoción”, dice al respecto el director.

De alguna forma, ese intento de rescatar lo que se pierde, esa batalla cultural por aquello que ha sido arrasado por el imperialismo, es también la historia del cine nacional, un cine nacional crecientemente desplazado por las producciones extranjeras de las salas, de las pantallas y de la agenda mediática. ¿Cómo luchar contra esa invasión que parece inexorable? 

“Me hago la misma pregunta”, responde Ruiz. “Lo que observo es que hay una cantidad de obstáculos tan grande a la hora de producir y presentar este tipo de películas, que es un callejón sin salida. Así que es una pregunta que me planteo en cotidiano: un gran avance es la plataforma Cine.Ar, es una bocanada de aire”.

La cinta se estrenó justamente en la plataforma y se verá esta noche en el canal del INCAA, algo que tiene, claro, sus bemoles: “La película no tiene mucho que ver con lo que es una proyección en una pantalla de televisión: creo que hay muchas cosas que se van a perder, la fotografía, el sonido”, se resigna el director. Pero, de todos modos, afirma, “estoy muy contento de que se estrene en Cine.Ar, porque se va a poder ver en cualquier lado, en todo el país”.

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