El pacto con el FMI, un gran reto para la futura gestión

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Ecuador pasó de desdeñar los préstamos del FMI a sobrevivir gracias a ellos, y la protesta no tardó. El país que ardió en las calles en 2019 tiene la expectativa de que se revise el pacto de austeridad con el ente financiero, sin hundir aún más la economía muy golpeada por la pandemia.

El país que dolarizó su economía hace dos décadas -precisamente como consecuencia de una crisis bancaria- terminó 2020 con una caída del 7,8 por ciento del PBI y aspira a retomar el rumbo con una expansión de hasta 3,5 por ciento al finalizar este año, según indican proyecciones oficiales.

Ante el escenario actual, el nuevo mandatario tendrá que renegociar con el Fondo porque necesita recursos y financiamiento, y no está en su horizonte la posibilidad de un nuevo incumplimiento internacional. Desde 1994 la pequeña nación petrolera ha caído en default de su deuda externa en tres ocasiones.

El FMI concedió en marzo de 2019 un crédito por 4.200 millones de dólares a Ecuador, que no fue desembolsado en su totalidad porque Quito incumplió condiciones. En septiembre de 2020, en medio de la pandemia, otorgó otro por 6.500 millones, que está en vigencia.

NÚMEROS COMPLICADOS

La deuda externa pública de Ecuador, con 17,4 millones de habitantes, creció de 26.897 millones de dólares (27 por ciento del PBI) en mayo de 2017 a 45.199 millones (45 por ciento del PBI) en enero pasado, de acuerdo al Banco Central.

El período corresponde al del gobierno saliente de Lenin Moreno, que esgrimió el despilfarro fiscal de Correa, su exaliado y antecesor, para endeudarse con el FMI y emitir bonos.

Durante la época de Correa, Ecuador desairó al organismo de crédito, e incluso llegó a retirar al personal del FMI de las oficinas que tenía en la sede del Banco Central, en Quito.

Correa se aferró en su defecto a China, que emergió como su principal prestamista. Pero los “chinos saben que Ecuador es muy mal pagador, que se despilfarró la plata de la bonanza petrolera en el gobierno de Correa y para asegurarse prestan dinero con muchas garantías”, comentan expertos.

Además de reglas de austeridad, el FMI impuso a Ecuador más impuestos, medidas anticorrupción, el aumento del IVA y una ley que dé independencia al Banco Central. El plan apunta igualmente a que el país reduzca hasta el 57 por ciento el peso de la deuda total sobre el PBI, incluida la interna, que asciende ahora a 63.885 millones de dólares (63 por ciento del PBI).

El programa de ajuste incluía la eliminación de los subsidios a los combustibles, lo que detonó la protesta indígena de 2019 que dejó once muertos y unos 1.300 heridos. (AFP)

 

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