Rusia defiende su vacuna tras la desautorización de Brasil

La autoridad sanitaria del gigante sudamericano dice que no hay información suficiente para aprobarla en el país. Moscú habla de un “trasfondo político” en la decisión

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MOSCÚ

Los fabricantes de la vacuna rusa contra el coronavirus Sputnik V denunciaron ayer la decisión del gobierno brasileño, según ellos “política”, de no autorizar la importación del fármaco.

“Los retrasos de Anvisa (la agencia reguladora sanitaria de Brasil) en la aprobación de Sputnik V son lamentablemente de orden político y no tienen nada que ver con el acceso a la información o con aspectos científicos”, se lee en la cuenta en Twitter de la vacuna rusa.

“El ministerio de Salud estadounidense, en su informe anual de 2020 hace varios meses, declaró públicamente que el agregado sanitario de EE UU ‘había convencido a Brasil de rechazar la vacuna rusa’”, agregan.

El regulador sanitario de Brasil negó el lunes un pedido de varios estados del país para importar la vacuna Sputnik V por considerar que le faltan datos técnicos para verificar su seguridad y eficacia.

Los cinco directores de la Anvisa siguieron la recomendación del área técnica del organismo, que señaló varias “incertidumbres” en relación a la seguridad y eficacia del inmunizante, que todavía no fue aprobado por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ni la FDA (Administración Federal de Alimentos y Medicamentos) de EE UU.

“Seguiremos adelante con nuestros contactos. Si falta información, será suministrada. No debería haber ninguna duda al respecto”, agregó por su parte ayer el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en su comparecencia ante la prensa.

Al mismo tiempo, Peskov subrayó que ya hay suficiente información sobre la efectividad de la vacuna rusa, que es del 97,6 por ciento, según los datos recogidos por los desarrolladores en base a la tasa de infección registrada en aquellos que se han vacunado en Rusia con ambos componentes entre el 5 de diciembre de 2020 y el 31 de marzo de 2021.

“La experiencia ya es muy amplia. Se han reunido muchos datos, que indican que se trata de la vacuna más eficaz del mundo y la más fiable”, agregó el vocero ruso.

La vacuna Sputnik V se administra en otros países además de Rusia, como México, Argentina o Venezuela. Según el instituto Gamaleya, que creó la vacuna, ha sido autorizada en más de 60 países.

En febrero, la prestigiosa revista médica The Lancet, informó que su eficacia era del 91,6 por ciento, un dato que disipó las dudas sobre su fiabilidad.

LAS QUE TIENEN LUZ VERDE

En Brasil, que ha vacunado a 29 millones de personas al menos con la primera dosis, se aplica en carácter de emergencia la vacuna del laboratorio chino Sinovac, y con registro definitivo para su uso la de Oxford-AstraZeneca.

También está aprobado en Brasil el uso definitivo de la vacuna del consorcio estadounidense-alemán Pfizer-Biontech, mientras la vacuna del laboratorio belga Janssen (brazo europeo del gigante esradounidense Johnson & Johnson) también tiene aprobación para su uso con carácter de emergencia.

En un intento de agilizar sus planes de vacunación, una decena de estados del norte y noreste de Brasil firmaron contratos con el Fondo Soberano Ruso (RDIF), que financió el desarrollo de la Sputnik V, para adquirir más de 30 millones de dosis. El gobierno federal brasileño también adquirió otros 10 millones.

En marzo, la autoridad sanitaria brasileña le puso freno a la importación de la vacuna Covaxin, del laboratorio indio Bharat Biotech, otro de los inmunizantes que planeaba adquirir el gobierno de Jair Bolsonaro.

INVESTIGACIÓN DEL SENADO

En este marco, el Senado de Brasil instaló ayer una comisión para analizar la actuación del gobierno frente a la pandemia, una investigación explosiva con potencial de impactar en la tentativa de reelección de Bolsonaro en 2022.

El mandatario de ultraderecha ha desafiado continuamente las recomendaciones para controlar la propagación del virus, en una actitud que le valió ser acusado de “genocida” por algunos de sus principales adversarios, entre ellos el expresidente Lula da Silva.

Desde la llegada de la pandemia a Brasil en febrero de 2020, Bolsonaro se opuso a las medidas de aislamiento social, invocando su impacto económico negativo; rechazó igualmente el uso de mascarillas; cuestionó la eficacia de las vacunas y preconizó remedios como la hidroxicloroquina, sin eficacia comprobada contra la enfermedad.

Científicos y políticos atribuyen a esas posturas el retraso en la vacunación y las dificultades para conseguir inmunizantes en este país de 212 millones de habitantes, con un balance que se acerca a los 400.000 muertos por covid, superado solo por Estados Unidos. (AFP)

Brasil lleva vacunadas con al menos una dosis a 29 millones de personas

 

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