Restricciones “adicionales” pero sin acuerdo por clases porteñas

Evalúan una ampliación horaria a la veda nocturna o mayores controles para las reuniones sociales, desde el sábado. Confirman que no habrá vuelta a “Fase 1”

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Emiliano Russo

La Casa Rosada fue escenario ayer de una “tensa” reunión entre las autoridades políticas y sanitarias de Nación, Provincia y Ciudad de Buenos Aires en la que, pese a todo, hubo coincidencia en que de persistir el aumento en los contagios de Covid en las próximas 48 horas, se tomarán de manera coordinada restricciones “adicionales” a la circulación, como una eventual ampliación horaria a la veda nocturna o mayores controles para evitar reuniones sociales. A pesar de la preocupación por la situación epidemiológica, no hubo acuerdo para suspender las clases presenciales en territorio porteño.

El jefe de gabinete, Santiago Cafiero, recibió por la tarde a sus pares de Provincia y capital, Carlos Bianco y Felipe Miguel, respectivamente, que llegaron acompañados por los ministros de Salud de ambos distritos, Daniel Gollan y Fernán Quiros. Durante una hora y media evaluaron el escenario epidemiológico del Area Metropolitana Buenos Aires (AMBA), que ayer registró un nuevo récord de casos. De todos modos, las partes descartaron que por el momento se pueda adoptar un regreso a la cuarentena total como la que se implementó a finales de marzo de 2020.

De hecho, el presidente Alberto Fernández desmintió, en declaraciones radiales, el regreso a la denominada “Fase 1” al considerar que existe un “problema sociológico” y que “no lo resistiríamos”. En el seno del oficialismo, con todo, hay creciente inquietud por el agravamiento de la crisis socioeconómica que provocaría un eventual confinamiento de varias semanas.

Lo cierto es que durante el encuentro llevado adelante ayer en el primer piso de la Casa Rosada los funcionarios coincidieron en la necesidad de diagramar “nuevas propuestas con mayores restricciones” para una reunión prevista para mañana cuando se definiría el contenido del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que, desde el sábado 22, renovará el Distanciamiento Social (DISPO) en el país.

“Esto no da para más”, le aseguró Cafiero a sus invitados, acompañado por la ministra Carla Vizzotti (Salud), minutos antes de que se conociera el récord de 35.543 contagios diarios de coronavirus en todo el país (ver pág. 8). Como ocurría hasta el miércoles 14 de abril, cuando el Presidente apareció en un sorpresivo mensaje institucional en el que anunció la suspensión de las clases presenciales, el Ejecutivo ahora pretende que sean los gobernadores los que decidan mayores restricciones y las hagan cumplir. Traducido, nuevamente hay un intento para que el costo político por la adopción de medidas antipáticas lo paguen las jurisdicciones y no la Nación.

En este sentido, en Balcarce 50 pusieron como ejemplo al mandatario santafesino Omar Perotti, que ya decidió el cierre de escuelas en ciudades como Rosario o Rafaela ante el desborde del sistema de salud local.

Desde La Plata, en tanto, la Provincia viene reclamando un cierre estricto de dos o tres semanas para bajar el nivel de contagios y, por ende, la ocupación de camas de terapia intensiva en los hospitales y clínicas.

Tras la reunión, fuentes bonaerenses destacaron que “no se avanzó nada” en la implementación de nuevas medidas aunque hubo acuerdo en que se deberán mejorar los controles para hacer cumplir lo dispuesto por el DNU vigente.

¿Cierre los fines de semana?

Los funcionarios conversaron sobre un eventual cierre total durante los fines de semana. “Si no hay compromiso en hacerlo cumplir es lo mismo que nada”, se quejaron desde la sede gubernamental de calle 6 y, en un tiro por elevación al Ejecutivo, dispararon que “no sólo Ciudad (de Buenos Aires) debería acompañar con los controles, también deberían reforzarse en el transporte público”. Es que en el ministerio de Transporte aún se resisten a implementar el bloqueo de las tarjetas SUBE a trabajadores no esenciales que utilicen trenes o colectivos.

En Ciudad de Buenos Aires reconocieron que de persistir mañana y el jueves “el leve ascenso” en el nivel de contagios, se deberían adoptar “medidas adicionales” y que las mismas serían coordinadas entre las tres jurisdicciones.

Uno de los asistentes, el ministro Quiros, dijo a este diario que la reunión tuvo buen tono pero rechazó que vayan a tomarse mayores restricciones en el dictado de clases “porque ahí no ocurren los contagios. Vamos a evaluar cómo limitar más severamente los encuentros sociales en lugares cerrados”.

El funcionario salió a bajar el tono a las versiones que desde el lunes pasado daban cuenta que la administración porteña podría suspender las clases presenciales en primaria y nivel inicial. “Para que se cierren las escuelas, deberían cerrarse la cervecería de la equina y otras actividades. Hoy no está ese escenario” de confinamiento estricto’, completó una fuente de la cartera educativa porteña.

Es que el jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta decidió arriesgar capital político en la defensa de la educación presencial y, de hecho, esa jugada fue avalada por la Corte Suprema. Pero le sigue provocando cruces con el oficialismo.

“No hubo reproches pero sí mucha preocupación porque la Ciudad (de Buenos Aires) retrasó las medidas de cuidado que conlleva este escenario”, concedió, a su turno, una calificada fuente del Ejecutivo consultada acerca del encuentro de ayer.

“Esto no da para más”, le dijo Cafiero a sus invitados cuando se conoció el número de casos

Aún se resisten al bloqueo de las tarjetas SUBE a trabajadores no esenciales

 

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