Vende pan por Los Hornos mientras sueña con goles y ayudar a su familia

Tiene 15 años y se le ocurrió esta idea para pagar la cuota del club y ayudar a su madre. Gimnasia recogió el guante y lo becó

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Por WALTER EPÍSCOPO

wepiscopo@eldia.com

El 13 de enero pasado cuando cumplió 15 años, Catriel Caruso pidió deseos... El quiere ser jugador de fútbol para poder ayudar en su casa. Quiere ser profesional, jugar en la Primera de Gimnasia y llegar a la Selección. Pero quiere ganárselo por su esfuerzo, así se lo enseñó Karina Caruso, su mamá. Por eso, hace unos días atrás se le ocurrió publicar en su facebook una foto suya con una caja en donde anunció a sus seguidores que estaba vendiendo pan casero en la zona de Los Hornos.

“Estoy jugando en Gimnasia, necesito y quiero pagar la cuota del club. El que quiera pan me avisa y se lo llevo”. Puso el valor, 100 pesos, y su número de teléfono. La imagen se viralizó y conmovió a muchas personas, entre ellos el cuerpo técnico y dirigentes albiazules. También decenas de anónimos.

A partir de ese momento fue como una ola gigante que no paró más. Muestras de apoyo, de fuerza, de felicitaciones... Amigos, vecinos, agrupaciones y distintos sectores de Gimnasia, y aquí no hubo problema de colores porque hinchas de Estudiantes también le escribieron para comprarle y colaborar. La publicación se replicó de una manera (generosamente) impensada.

“Estoy en la Octava de Gimnasia en la Liga Metro, hace 3 meses llegué al club”, comenzó diciendo Catriel en su diálogo con este medio. Juega de nueve y no puede creer todo lo que le pasó en las últimas horas. El protagonista de esta historia vive en Los Hornos junto a su mamá, tres hermanos, y la pareja de su madre. Jugó al fútbol en el club Siglo XXI y en San Martín, desde los 3 años que empezó a pegarle a la pelota. “Hace unos meses me dijeron de una prueba en Gimnasia, fui al Bosquecito y por suerte quedé. En estos meses que estoy la verdad que aprendí muchas cosas. Y lo que me gustó es el grupo que hay, los compañeros me recibieron muy bien, son rehumildes, hay mucho respeto”, contó.

Pero hace unos días atrás sintió que tenía que ayudar en su casa de alguna manera y también colaborar para pagar la cuota del club. “Sinceramente yo lo tiré por tirar, jamás pensé que iba a pasar todo esto. Yo quería dar una mano en la casa de alguna manera y también juntar para pagar la cuota del club. No quería que nadie me regale nada, me lo quería ganar y el club tampoco tiene por qué saber mi situación. Así que mi mamá se puso a hacer los panes caseros y yo salí a vender por acá por Los Hornos”, dijo con la frescura de los 15 años.

Tal fue la trascendencia que tuvo por redes sociales que recorrió la Región y la historia llegó a Gimnasia, y desde el club no dudaron en becarlo. “Estoy muy agradecido al club y a toda la gente que me empezó a escribir para ayudarme. Me sorprendió todo esto, jamás lo esperé, hasta el técnico de la Primera me escribió y se vino a mi casa”, destacó como al pasar y agregó: “Sí, Leandro Martini me escribió mensajes primero y se apareció con su hija acá en casa. Me trajo botines, zapatillas, medias, remeras térmicas...”.

Karina, su madre, lo observa y lo mira con ese amor de madre indescriptible. “Ella juega al fútbol también, le gusta”, dijo Catriel. “Con otras mamás a veces jugamos al fútbol 5”, afirmó Karina, y agregó: “soy feliz con su felicidad y estoy muy orgullosa. Traté de inculcarle que las cosas hay que ganárselas. Todo nos cuesta mucho, yo soy feriante, vendo ropa, las cosas están difíciles para todos, pero hay que sacrificarse y hacer las cosas bien a pesar de lo difícil que pueda ser todo. Es redeportista, entrena, se cuida y eso es importante para no caer en cosas malas, como la droga o robar. Yo estoy muy orgullosa y agradecida al club y a todos los que mandaron un mensaje y llamaron para dar una mano”.

Se acerca la hora de salir de nuevo, de agarrar la caja llena de panes calentitos recién salidos del horno y salir a caminar para venderlos. “Y, caminando es un bajón, pero tengo que ir”, apuntó. Por estos días no hay entrenamiento pero aclaró: “Salgo a correr, hago abdominales, entreno todos los días”.

Catriel tiene objetivos claros desde ahora, con 15 años recién cumplidos. “Me gusta mucho el club, y fui a Gimnasia por mi futuro. Quiero llegar a Primera, ese es mi sueño, hacer goles, llegar a la Selección. Quiero ser uno de los mejores del mundo. Tengo fe y con esfuerzo siento que lo voy a lograr”.

El teléfono suena, le llegan mensajes y le escriben por las redes para felicitarlo. Catriel agarra la caja con los panes, y sale a la calle a vender, mientras camina sueña con ayudar a la familia y que la gente grite sus goles. Por que como cantan los hinchas en la tribuna, “las buenas ya van a venir...” y Catriel va por eso.

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