“Dulce” y la familia que tanto la extrañaba conmovieron al ladrón, que al final la devolvió

El fin de semana, el presunto ladrón se la entregó a a un limpia vidrios, junto con una carta dirigida al propietario, donde pidió “perdón”.

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Esta vez, la historia del robo tuvo un final distinto: un ladrón arrepentido y una familia que sonríe al recuperarse del despojo.

Los vecinos La Plata que la semana pasada perdieron una cachorra de raza pitbull a manos de un hombre que la tomó a través de una reja que da la calle, estaban tan sorprendidos en aquellas horas, por la malicia, como en la últimas, por la actitud del presunto ladrón, quien había quedado en los registros de una cámara de seguridad: se arrepintió y este fin de semana decidió devolverle la mascota a su dueño.

El primer capítulo de la secuencia ocurrió el jueves pasado, en 139 entre 519 y 520, La Granja, cuando las víctimas del robo advirtieron la ausencia de “Dulce”, la perrita de cinco meses y medio que solía correr por el terreno que rodea a la casa.

En minutos, vieron lo que había pasado. Una cámara tomó a un motociclista que frenó en el frente de la vivienda, observó al animal, se presume que lo tomó a través de la reja (eso queda fuera del plano de la cámara), la cargó debajo de su brazo y huyó.

“Estoy triste, es una más de la familia”, había lamentado Martín el dueño de la perra en diálogo con este diario.

En aquellas horas también dio un teléfono de contacto por datos que pudieran aparecer y en medio del dolor y la bronca apeló a la hombría de quien había robado a “Dulce”, pidiéndole que retrocediera en esa mala acción.

Al final, hubo respuesta. Según pudo saber este diario, el motociclista se arrepintió y el fin de semana tomó la decisión de devolver la perra.

Lo hizo de una forma particular, junto con una carta que le hizo llegar a Martín por intermedio de un limpia vidrios de la zona.

En el escrito, el arrepentido expresa: “Sabés que no se qué se me pasó por la cabeza. Sólo vi a la perra y la agarré. Te pido mil disculpas. Perdón por el mal momento”, dijo y añadió sobre “Dulce”: “es hermosa”.

Martín, su dueño, le contó ayer a este diario que “apareció uno de los muchachos que limpian vidrios acá en la calle. Dicen que se la bajaron de un auto y le dieron una nota que era para mí. El muchacho vino, me dijo ‘me la dejaron recién y si podía acercarla hasta acá’”.

 

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