Con domiciliaria y tobillera, cayó tras robarle a un vecino y amenazar a policías

Tiene 33 años, un prontuario abultado y quiso huir ayudado por sus familiares al grito de “tengo Sida”. Un oficial golpeado

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Un detenido, tres aprehendidos y un policía herido fue la conclusión de un robo que empezó como un escruche en San Carlos y terminó a las dos cuadras, en jurisdicción de Los Hornos, como una violenta batalla campal. El principal acusado es un hombre de 33 años, con un espeso prontuario y que contaba con el beneficio de la prisión domiciliaria y una tobillera electrónica para controlar sus movimientos.

Según informaron fuentes oficiales, un vecino alertó a las autoridades de un robo en proceso en una vivienda situada en 50 entre 148 y 149. Otra versión, también autorizada, remarcaba que “cuando el detenido salió de rango, se dio inicio al protocolo que consiste en llamar al 911 y contactar al juzgado que le otorgó el beneficio”. De esa forma, añadió el vocero, “se tomó conocimiento del hecho”.

Lo cierto es que al lugar arribó un móvil de la comisaría tercera. Y entonces se desató una batahola que incluyó piñas, patadas, piedras, salivazos, mordiscos, insultos y detonaciones antitumulto.

“UNA BANDA DE ANTECEDENTES”

Los hechos se produjeron en la tarde del miércoles, entre las 15.30 y las 16, en una zona de calles de tierra y casas bajas. Víctima y victimario viven a escasos metros uno de otro, pero es materia de investigación si se conocían. Conforme le reveló el denunciante a la Policía, al regresar a su casa observó algo extraño: un desconocido “rondaba” el inmueble para luego ingresar y salir con varias pertenencias. Entre los elementos hurtados, el dueño de la vivienda advirtió el cochecito con el que trasladaba a su bebé.

Sin pensar en su propia integridad, el hombre decidió seguir al furtivo ladrón. Caminó detrás de él hasta llegar a 149 entre 52 y 54, y en ese instante se sumó un patrullero al cortejo. “Lo vieron (al delincuente) mientras realizaba el ‘descarte’ de lo sustraído”, afirmó un pesquisa. Esa maniobra les otorgó a los uniformados la potestad para entrar en la finca del sospechoso y reducirlo.

Luego de identificarlo, se le informó que sería acusado de “robo en grado de tentativa”, una nimiedad si se tiene en cuenta el historial delictivo que posee el ahora detenido. Todo parecía indicar que la situación culminaría con el malviviente esposado y el botín recuperado. Sin embargo, en segundos la escena cambió por completo.

Antes de que pudieran colocarle los grilletes, intentó escapar a los golpes. De una patada se sacó de encima a uno de los agentes -quien debió ser asistido en Hospital Italiano por “traumatismo de tórax con inflamación de nervios en costillas”- y seguidamente la emprendió contra el damnificado, al que amenazó repetidas veces.

Envalentonados por la resistencia, dos jóvenes de 20 y 21 años y un hombre de 60, todos familiares del maleante, se sumaron a la pelea. Bajo una lluvia de piedras y otros objetos contundentes, los policías se reagruparon y uno de ellos efectuó cinco disparos con una escopeta marca Mossberg cargada con munición antitumulto.

Recién en ese momento los alborotadores dejaron de rebelarse y, con esfuerzo, fueron aprehendidos bajo los cargos de “amenazas en flagrancia, lesiones agravadas y resistencia a la autoridad”.

Debido a los ruidos de la gresca y las detonaciones, gran parte del barrio se encontraba en la calle cuando los oficiales salieron con los cuatro individuos capturados. Por fortuna nadie atinó a defenderlos y todos fueron trasladados a la seccional

Una vez en la dependencia, saltó que el asaltante poseía “varios antecedentes” y que “gozaba de arresto domiciliario bajo seguimiento de una pulsera magnética (colocada en la pierna izquierda)”, explicaron los pesquisas. El beneficio “le fue otorgado el 25 de enero último, por el Juzgado de Ejecución Penal N° 2 de La Plata”, añadieron. Algunas de las causas que tiene en su haber son por “robo calificado (en dos ocasiones), robo agravado por el uso de arma de fuego, tentativa de robo agravado (en dos oportunidades) y amenazas calificadas”.

Según las fuentes consultadas, “durante el lapso que duró el procedimiento, como así también en la comisaría, el detenido quiso morder a los efectivos, arrojando mordiscos mientras gritaba ‘¡Tengo Sida!’”. Y agregaron que “ante lo ocurrido, es plausible que se le revoque el régimen de prisión domiciliaria”.

Por otro lado, se incautó el arma larga utilizada por el personal policial y se inició un expediente de rutina en Asuntos Internos.

Como se dijo, el caso fue caratulado como “tentativa de robo”, con intervención de la UFI N° 7, a cargo de la fiscal Virginia Bravo.

En pleno operativo a un policía le dieron una patada por la que tuvo que recibir asistencia médica

 

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