“Es fuerte ver a un hijo transitar el mismo camino que uno”

El Chino y su orgullo como padre, en un día muy especial, ante la carrera que comenzó a construir Bautista

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Por WALTER EPÍSCOPO

wepiscopo@eldia.com

La herencia que le dicen, los colores, el amor por la pelota, todo pasa por la sangre. Los Benítez son futboleros de alma, desde chicos andan detrás de la redonda. El mayor, Leandro, símbolo y campeón con Estudiantes, tuvo la posibilidad de dirigir inferiores y Primera en su amado León. Después le sigue Rodrigo, hoy arquero de Villa San Carlos; el más chico es Mauro, volante de ADIP. El matrimonio formado por Oscar y Julia anduvo detrás de sus tres varones para todos lados y sacaron la pasión por el fútbol de Oscar, Pincha fanático que supo atajar en Belgrano de Ensenada.

El Chino, dueño de una zurda prodigiosa, vive todo de manera especial. Hoy, su hijo Bautista de 16 años es volante central de la Séptima del Pincha, y mantienen ese amor por su club como la pequeña Amparo de 7 años.

“Es una verdadera herencia y significa mucho para mí vivir esto con mi hijo. Porque en el club no sólo te enseñan a jugar al fútbol, sino te deja enseñanzas de vida y todo lo que yo le decía, él ahora lo está viviendo y entendiendo lo que es Estudiantes”, comienza diciendo Leandro.

“Es fuerte ver que un hijo está transitando el mismo camino que uno... El, va porque le gusta y la pasa bien y disfruta, que es lo más importante. Yo nunca lo obligué a nada y siempre salió de él, así que nosotros ahora estamos para apoyarlo y marcarle el camino, que no es para nada fácil”, afirma el ex volante Pincha.

Bautista, jugador de la séptima del Pincha / ELDIA

Y la historia cambió. Ahora le toca al Chino verlo de afuera, detrás de un alambrado y sufrir. “Y sí, se sufre, si bien soy tranquilo, se sufre desde afuera. Ahora estoy sintiendo lo que sentían mis viejos cuando iban a verme jugar (suelta una carcajada). Más allá de que se sufre, también se disfruta que él haga lo que lo hace feliz”, tira el Chino.

Bautista mira en silencio y por momentos sonríe tímidamente. Afloran sus primeros recuerdos como hincha del Pincha para ver jugar al equipo y a su padre. “Recuerdo llegar al estadio con mis abuelos, tíos y mi mamá, aunque de lo poco que me acuerdo, se sentía muy lindo. Yo no entendía mucho todavía, pero la verdad hoy me gustaría volver a pasar por esos momentos”, dice el juvenil.

El rojo y blanco lo tiene en la piel, lo heredó de su papá, Leandro, y no caben dudas que es especial jugar en el equipo del que sos hincha. “La verdad que se siente muy bien eso. Yo en el club me siento como en mi casa y para mí eso es un plus, el hecho de defender los colores de los cuales sos hincha”, comenta Bauty, y ahora el que mira en silencio es el Chino.

El Chino, en su etapa como jugador / ELDIA

Con sus 16 años, Bautista sueña con hacer su propia carrera y escribir su propia historia, pero no le es indiferente lo que hizo su papá en el Pincha. “Yo iba a la cancha cuando él jugaba, y de lo que me acuerdo como decía antes, era cuando Estudiantes ganaba, como me felicitaban o me decían cosas buenas sobre él... Hoy me encantaría verlo jugar y disfrutarlo mucho más. Yo juego al fútbol desde que tengo memoria, a los 3 años empecé en mi club de barrio y no influyó en nada que mi papá sea jugador. Hoy en lo único que quizás influye es que mi sueño es lograr lo que hizo él, ganar algo con el que club que amo”.

El Chino sonríe orgulloso. Aparece Amparo para la foto, también con un buzo de Estudiantes. El padre orgulloso, no deja de sonreir.

 

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