Los embriones que no se usan

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Un gran porcentaje de pacientes que recurren a un tratamiento de reproducción asistida tienen embriones excedentes, es decir, que probablemente no serán utilizados. Dichos embriones tienen tres destinos posibles, usarlos para futuros embarazos, pagar un mantenimiento indefinido, o donarlos a otros pacientes, porque la ley no permite el cese de la congelación de los embriones, y los pacientes que no desean otro embarazo o que no pueden costear el mantenimiento anual, no cuentan con muchas alternativas.

“Por cada pareja que acude a un tratamiento -explica el doctor Fernando Neuspiller - suelen congelarse entre uno y dos embriones, que son los que no se implantan en el útero de la madre. Para ellos solo queda donarlos a otras parejas con fines reproductivos, una opción que suele despertar muchas dudas, pues muchas parejas piensan que si los donan será como tener un hijo o una hija con otra familia. Pero donar embriones no es como dar en adopción, ya que el mismo no tuvo aún ni siquiera contacto con el vientre materno. Además, en muchos casos los pacientes recurren a bancos de óvulos o de esperma, por lo cual no siempre el material genético es el propio”.

En tanto, para Gustavo Botti, especialista en ginecología y medicina reproductiva e integrante de Proar, la mejor solución es “congelar la menor cantidad de embriones posibles, es decir diseñar un tratamiento para evitar un excedente de embriones congelados”.

Finalmente, para el doctor Pasqualini, “la posibilidad para los embriones sobrante sería donarlo para otras parejas, que sería ideal, porque mantenerlos eternamente congelados no tiene sentido”.

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