Del total de víctimas, 8 fueron asesinadas en la Provincia

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La seguidilla de crímenes de policías en lo que va del año arrancó el 7 de enero pasado, cuando el efectivo de la Policía de la Ciudad, Nicolás Romero Marino (28) fue asesinado de dos disparos al resistirse a un robo y tirotearse con dos delincuentes, uno de los cuales murió baleado, en una parada de colectivos de la localidad bonaerense de Gregorio de Laferrere, partido de La Matanza.

Del total de víctimas, dos eran de la policía porteña; uno retirado de esa misma fuerza; cuatro, retirados de la Federal; uno, retirado de la bonaerense, dos en actividad en esas mismas filas, mientras que los dos restantes prestaban servicios en las policías de Santa Fe y Córdoba.

Diez de estos policías asesinados murieron resistiéndose a asaltos, en sus casas, en negocios o en la calle, mientras que uno falleció durante una pelea en una plaza y el restante tratando de desactivar una fiesta clandestina.

Casi todos se tirotearon con los delincuentes, tres de los cuales murieron en dos de los casos.

Todos los fallecidos son hombres, de entre 25 y 70 años.

Ocho de los doce casos sucedieron en la provincia de Buenos Aires; dos en Córdoba, uno en Santa Fe y uno en CABA.

 

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