Buscan al ladrón que abusó de una mujer en un intento de robo

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Una mujer 44 años sufrió un violento asalto en Berisso, a manos de un delincuente que no sólo la amenazó con un cuchillo para quitarle las pocas pertenencias que tenía, sino que además la atacó sexualmente. Por suerte la víctima logró zafarse y escapar corriendo.

Según trascendió en las últimas horas el caso sucedió en Ruta 11 y 93 bis, después de que la mujer salió de la casa de su hija y en el camino se le acercó un hombre que cruzó su brazo por el cuello, haciéndole presión con un arma blanca.

“Quedate quietita o te corto toda”, le dijo, justo antes de pedirle “el teléfono o la plata”.

En esos primeros instantes de zozobra la mujer quedó paralizada, mientras que el maleante avanzó sobre ese estado de vulnerabilidad para toquetearla por encima de la ropa.

Fue en ese momento que la víctima entendió que si no actuaba el hecho podía derivar en un ataque todavía peor, por lo que se defendió con todas sus fuerzas hasta zafar de los brazos del agresor y huir corriendo.

En ese forcejeo, dijeron las fuentes, el delincuente sustrajo de los bolsillos de la mujer un juego de llaves y la medicación de su hijo.

La mujer acudió a radicar la denuncia a la comisaría Decimosexta de Villa Ponsati, desde donde la derivaron al Gabinete de Delitos contra la Integridad Sexual de la Dirección Departamental de Investigaciones de La Plata, que se ocupa de este tipo de casos.

Los detectives ya recorrieron los alrededores en busca de cámaras de seguridad privadas o públicas que pudieron registrar los movimientos del atacante, mientras investigan si hay denuncias previas de hechos ejecutados con una modalidad y responsable parecidos.

Antecedente

Hace menos de dos semanas, una mujer fue sometida sexualmente por un delincuente que la abordó mientras ella esperaba el micro Oeste en la parada de que está en la esquina de 520 y 147.

Sucedió antes de las 7 de la mañana, cuando todavía no había amanecido. El sujeto se acercó directamente a su víctima sin intentar ocultar sus intenciones.

No está confirmado que haya estado armado, pero, si no fue por las amenazas, controló a su presa por la fuerza.

La alejó de la garita -donde estaba más expuesta a la mirada de los ocupantes de los colectivos y autos que a esa hora ya empezaban a pasar con más frecuencia - y, en medio del descampado, abusó sexualmente de ella. También le robó pertenencias y escapó.

 

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