La falta de agua jaquea la presencialidad en tres escuelas de 137 y 86

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Sin agua por un servicio que llega sin presión, la comunidad educativa de la Escuela Secundaria N° 49 de Altos de San Lorenzo, ya no sabe cómo reclamar para lograr que se llenen los tanques y las clases no se tengan que suspender porque de las canillas no sale ni una gota. “Se hicieron las obras necesarias, se colocaron dos cisternas, pero no hay presión y sin agua no podemos dar clases”, contó con preocupación Marcos Rosenfeld, director del establecimiento.

En el mismo edificio de 137 y 86 funcionan el Jardín 972 y la escuela primaria N° 72, en total son unos 700 alumnos de los tres niveles que, desde 2019, sufrieron la suspensión de clases por la falta de agua.

“Desde septiembre de 2019 se suspendieron muchos días de clases por falta de agua; además durante la pandemia hubo 20 hechos vandálicos en los que se robaron hasta los tanques de agua, pero la Dirección de Escuelas intervino con diferentes obras”, agregó el director.

Entre otras cosas, se colocaron dos cisternas de mil litros cada una y una bomba para impulsar el agua hacia esos sitios de almacenamiento.

Sin embargo, se remarcó, la presión es “bajísima” y que por eso, entre las 11 y las 13, ya se quedan sin una gota de lo que pudo juntarse por la noche.

“Intentamos tener clases presenciales a la mañana en dos oportunidades pero no se pudo porque sin agua es imposible mantener la higiene y el uso de los baños”, dijo el docente.

“La comunidad necesita mucho la escuela y las familias quieren colaborar, por eso entre el viernes y el lunes, pese a que ese día comenzaron las vacaciones, se juntaron 100f irmas para presentar un reclamo a Absa”, se apuntó.

Para anticiparse a lo que ocurrirá cuando terminen las vacaciones, se indicó que saben que el primer día las cisternas estarán llenas porque no se usó el agua durante dos semanas, pero si no se resuelve el problema, deberán interrumpir las clases nuevamente.

“Las estufas andan, tenemos insumos de limpieza, pero sin agua no puede haber clases y eso hasta repercute en la matrícula porque hay chicos de los últimos años que empiezan a trabajar en las quintas o en changas al perder la conexión con las clases”, dijo el director.

 

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