A la epidemia del robo de cables se suma la violencia

Dos primos fueron heridos por las esquirlas de una detonación al enfrentar a un ladrón mientras sustraía el tendido, en 163 entre 522 y 523. En 86 y 23, hubo 5 detenidos

Edición Impresa

José (37) está resignado, dolorido y asustado. Tiene motivos: en la madrugada de ayer, los “roba cables” volvieron a hacer de las suyas en Melchor Romero, pero en esta ocasión con la violencia de las armas como ingrediente extra. Es que, hasta ahora, la plaga que azota a los barrios de la periferia causaba trastornos para los usuarios de empresas de telefonía, sobre todo, pero no se habían registrado episodios con “encontronazos” graves entre vecinos y ladrones. Ese sector del oeste de la Ciudad, sumado a Los Hornos, Villa Elisa y Arturo Seguí, son los más comprometidos por esta modalidad que creció de forma llamativa en los últimos meses. Como se viene informando, el precio del cobre ronda los $900 por kilo. Aunque las cotizaciones de la chatarra pueden variar mucho según la calidad y el tipo del metal (entre los $500 y los $1.000 por kilo). Eso, según fuentes policiales, moviliza el interés por los robos.

Los delincuentes que atacaron a José y a su primo Matías, hiriendo a ambos, rondan el barrio por las noches en busca del material.

No es la primera vez que eligen la cuadra de 163 entre 522 y 523 para llevar a cabo sus fechorías; pero ayer por la madrugada la situación se volvió aún más preocupante cuando uno de ellos efectuó cuatro detonaciones.

“HOY NO DUERMO ACÁ”

En la cuadra quedaron las tres marcas de la convulsionada noche. Un cable cortado que cuelga del tendido; el Ford Falcon verde estacionado sobre la vereda, con tres cristales rotos; y la reja del portón de la casa de José con una parte hundida por un proyectil.

“Primero, vinieron a eso de las 3 y nos dimos cuenta porque escuchamos el pedazo de cable que cortaron cuando cayó encima del auto”, explicó el damnificado.

A josé le dieron en la sien

Sin dudarlo, salió de su domicilio y les gritó para que se fueran. Segundos después los vio mientras huían a toda velocidad en una moto blanca, “tipo (Honda) Tornado”, recordó. A la hora los volvió a escuchar.

Sin embargo, algo lo detuvo justo cuando iba a salir hasta el garage. Afuera era todo oscuridad. “Me asomé con mi primo Matías. Menos mal que no salí, porque se ve que me estaba esperando. Apenas abrí la boca me tiró, no sé si con un pistolón o qué, porque la detonación fue fuerte. Y una esquirla me pegó en la cabeza y por poco no me da en el ojo”, precisó. Al otro una astilla le dio en la frente.

Otros frentistas salieron y los ladrones se vieron obligados a fugar por segunda ocasión. Entonces, a modo de venganza, “tiraron otras tres veces e hicieron estallar los vidrios del coche”, contó José mientras señalaba el Falcon.

El vecino aseguró que en la vecindad conocen a los dos jóvenes y que “ya los han agarrado haciendo lo mismo. Se suben al techo de la mujer que vive en la esquina y de ahí saltan al poste”. Asimismo, reveló que “los arreglos los terminamos haciendo nosotros. Les ponemos grampas para que el cable quede agarrado al poste, por ejemplo”.

Por último, refirió que “esta noche no duermo acá, me voy, por miedo a que me hagan algo a mí o a al auto”.

Matías, herido en la frente

Los constantes ataques de este tipo se extienden a otras partes del barrio. Desde 520 a 523, y de 162 a 169, “hay cuadras que están sin servicio de internet o teléfono desde hace 40 días”, afirmó. En los grupos la bronca se acumula y cada afectado deja su mensaje para “descargarse ante la falta de soluciones”, señalaron.

En tanto, ayer por la tarde en 86 entre 23 y 23 bis cinco jóvenes, todos de nacionalidad peruana, fueron detenidos tras una persecución al ser atrapados mientras sustraían el cableado. La Policía incautó una sierra de mano, una barreta de hierro y una escalera plegable, un tramo de cable telefónico y una moto con pedido de secuestro activo.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE