Inestabilidad crónica, pobreza y desastres naturales
Edición Impresa | 8 de Julio de 2021 | 01:01

Haití es un país muy pobre, que aún no empezó a vacunar contra el Covid-19 y que vive una inestabilidad crónica, a la que suma la alta exposición a las catástrofes naturales, como el terremoto de 2010 que devastó la capital, Puerto Príncipe, y alrededores, matando a más de 200.000 personas.
Ocupa un tercio de la isla caribeña de La Española, entre Cuba y Puerto Rico, que comparte con la República Dominicana. Con 11,4 millones de habitantes, el 60 por ciento de su población está bajo la línea de pobreza.
Bajo dominio español hasta 1697, y luego francés, Haití se convirtió en la primera república negra independiente en 1804 tras una revuelta de esclavos.
Desde su independencia, el país pasó por dictaduras, intercaladas con algunos cambios democráticos y ocupaciones extranjeras.
De 1957 a 1986, François Duvalier (conocido como “Papa Doc”), y luego su hijo Jean-Claude (”Baby Doc”) sometieron a la población a un control total bajo el mando de los escuadrones de la muerte, los “tontons macoutes”.
Expulsado por una revuelta popular en 1986, “Baby Doc” se exilió en Francia durante 25 años, antes de volver a Haití, donde murió en 2014.
En 1990, el sacerdote Jean-Bertrand Aristide fue elegido en las primeras elecciones libres. Derrocado por un golpe de Estado en 1991, se exilió y regresó a Haití en 1994 tras una intervención estadounidense. Uno de sus familiares, René Préval, asumió la presidencia en 1996.
Aristide volvió a la presidencia en 2001. Bajo la presión estadounidense, francesa y canadiense, una insurrección armada y una revuelta popular, dimitió en 2004 y se exilió. René Préval, que retomó el poder en 2006, es el único dirigente haitiano que completó los dos mandatos que permite la Constitución.
Jovenel Moise, investido presidente en 2017 tras una larga crisis electoral, enseguida concentró la ira popular, nutrida por el alza de precios, la escasez de nafta y la corrupción. Desde 2020, sin Congreso en funciones, el mandatario gobernó por decreto.
Según un fallo judicial, su mandato terminaba el 7 de febrero de 2021. Pero Moise siguió en el poder alegando que le quedaba un año, ya que había sido electo en comicios anulados por fraude, y reelecto un año después. (AFP)
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