“Black Widow”: una de espías rusos y agentes arrepentidos, como en los 80

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Por PEDRO GARAY

pgaray@eldia.com

¡Los soviéticos están de regreso! ¡Y quieren controlar tu libre albedrío! El excitado alerta podría haber salido de cualquier político del arco conservador en este continente americano que vuelve a estar obsesionado con el comunismo (vivimos en tiempos de “inflación conceptual” debido al “inevitable revoleo de epítetos al que se reduce buena parte de la actual conversación pública de masas”, como escribió Alejandro Galliano). Pero no: es la premisa de “Black Widow”, el escenario que conduce a la heroína de Marvel, la rusa arrepentida, y a su familia disfuncional (también arrepentida por un pasado implacable) a cambiar.

Sí: no es la primera vez que el debate entre libertad y control está en el centro de una película de “Avengers”, que tiene varios personajes controlados mentalmente por alguna fuerza del mal, y que dedica su “Guerra Civil” a una batalla entre los superhéroes que acuerdan someterse a las reglas que les impone el gobierno después de que con sus travesuras destruyeran una ciudad entera, y aquellos que de ninguna manera quieren restricciones. Adivinen de qué lado está Capitán América, el emblema, el escudo: ante la intimación a firmar los Acuerdos Sokovia, el trasero de América y algunos amigos ¡se van! Y de hecho ese es el punto de partida de “Black Widow”: el personaje de Scarlett Johansson escapando de esos poderes que la quieren controlar. Antes dejar de ser una Avenger que deponer la libertad, claro está.

Natasha Romanoff comienza así la película (estrenada ayer en salas locales y que desde hoy está disponible en Disney+, pagando un extra sobre el abono básico) en el exilio, y del exilio la extrae su hermana Yelena (Florence Pugh), que le revela que esa fuerza que la controló de chica, la Habitación Roja (una organización que entrena asesinas y que mezcla realidades y fantasías occidentales sobre el entrenamiento de gorriones y atletas del otro lado del Muro de Hierro) lejos está de haber desaparecido, como ella piensa: la implacable institución sigue viva en las sombras.Y allí comienza la película, porque más allá de este ejercicio de poder blando, hay una película, y porque el cine clásico, después de todo, siempre cuenta dos historias.

En “Black Widow” la peripecia sigue a Romanoff mientras intenta, de una vez y para siempre, destruir la Habitación Roja, superar el trauma, antes de volver a ser una Avenger para los eventos de “Infinity War” y “Endgame”. Pero su relación con la Habitación Roja está cruzada con la relación con su propia familia (veremos si es una familia real), la que la entregó en manos de la institución que la convertiría en una asesina implacable: su “padre” es Davod Harbour y su madre Rachel Weisz. Ella es un producto de la Habitación Roja; él, un supersoldado. Los dos son reclutados a la fuerza por la dupla de hermanas, para intentar encontrar al enemigo y liquidarlo: el reencuentro es, claro, tenso.

Algo recargada de largas explicaciones en el primer tramo (un vicio cada vez más obsesivo del MCU: los largos monólogos exposicionales), “Black Widow” regresa al universo del espionaje que tan bien funcionara en “Soldado de Invierno”, y construye una entretenida película de acción que parece hacer un homenaje retro a Jason Bourne en sus escenas de acción (a pesar de que parece ser demasiado pronto para que Bourne provoque nostalgia) y una divertida comedia de familia disfuncional cuando descansa de ese vértigo que ofrece de forma constante por miedo a que su audiencia se duerma.

En esos momentos cómicos en los que Harbour brilla como un Buzz Lightyear comunista y Florence Pugh divierte como la insoportable hermana menor, la película cobra calidez y sentido. De hecho, son los personajes secundarios los que dan corazón a la historia: en su despedida de la saga, Johansson es demasiado Avenger, demasiado perfecta, para el trío de soviéticos desorientados que la acompaña: hay algo de disonancia entre Scarlett, solemne, y su familia imperfecta pero vital. En consecuencia, no es una despedida demasiado emotiva del personaje de Black Widow (más emotiva fue su muerte), aunque está claro que esta saga recién empieza: además de despedir a su primera heroína, Marvel, como siempre, deja la puerta abierta a nuevas generaciones. Esta historia (y la otra historia, la que se cuenta debajo de la historia) continuará...

 

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