Entre rocas sedimentarias
Edición Impresa | 16 de Agosto de 2021 | 01:21

En los complejos esquemas que graficaban la fauna de hace unos 18 millones de años en parte de lo que hoy es la costa atlántica de la provincia de Santa Cruz, al sur del río Coyle, faltaban hasta ahora representantes de dos géneros, el Pachyrukhos, un notoungulado, que son parientes lejanos de los animales actuales con pezuñas, de tamaño y apariencia similar a una liebre; y el Prolagostomus, un roedor parecido a una vizcacha.
“La zona – explica María Sol Raigemborn, investigadora en el Centro de Investigaciones Geológicas de la UNLP - es una sucesión de rocas sedimentarias, es decir formadas por la acumulación de materiales, de entre 18 y 15 millones de años de antigüedad que tiene extensas y excelentes exposiciones en Santa Cruz, y es muy famosa en paleontología por la particularidad de preservar restos de vertebrados fósiles en sus diferentes niveles”.
A cargo de los estudios sedimentológicos y estratigráficos, es decir de la disposición y características de las diferentes capas del suelo y sus correlaciones en tiempo y espacio, la experta de nuestra ciudad señala que “los materiales que forman las rocas de este sitio venían desde los volcanes de la Cordillera de los Andes activos en ese momento, acarreados por cursos de agua y vientos que los iban depositando en las zonas bajas. Por ejemplo, en las inmediaciones de la desembocadura del actual río Gallegos, los canales fluviales surcaban extensas planicies de inundación con depresiones que podían llenarse con agua, mientras que los sectores más elevados permanecían secos y se iban formando suelos, que son los que permitieron el desarrollo de plantas y vertebrados, entre otros animales, que hoy se encuentran fosilizados. Cada tanto, esos ambientes eran sepultados por lluvias de ceniza expulsadas por los volcanes del sector andino, y es así que el clima en que se desarrollaron junto con las comunidades bióticas que los habitaban fue variando en el tiempo desde condiciones templadas a algo cálidas y húmedas a subhúmedas con estacionalidad de las precipitaciones, hasta condiciones más cálidas pero menos húmedas, es decir semiáridas”.
Para esta investigación, el equipo de trabajo revisó la información disponible acerca de más de 1.500 ejemplares de distintas especies, de los cuales unos 130 resultaron ser de Pachyrukhos, y 25 se asignaron al Prolagostomus.
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