Los 60 de Andrés Calamaro: el rockero de los mil éxitos que disfruta nadando contra la corriente

Llegó a las seis décadas un artista que, más allá de sus polémicas, ha creado un tendal de himnos para el cancionero argentino

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Andrés Calamaro llegó ayer a las seis décadas: El Salmón cumplió 60 en plena actividad, habiendo lanzado recientemente un dueto con el fallecido cantante Rodrigo (el emblemático “Amor clasificado”) y a la espera del inminente estreno de un documental sobre su vida, que se estrenará por Star+ y mostrará una carrera ilustre en la que formó parte de icónicas bandas como Los Abuelos de la Nada y Los Rodríguez.

Nacido en Buenos Aires el 22 de agosto de 1961, Calamaro saltó a la fama muy jovencito en la década de 1980 como integrante de Los Abuelos de la Nada, banda liderada por Miguel Abuelo, pero pocos saben que el rockero que ha hecho aportes trascendentes a la música popular iberoamericana inició su tarea en los ‘70, con 16 años, como parte de Raíces, banda argentino-uruguaya que fusionaba candombe, rock, funk.

“Eran años complicados en Argentina”, recordó en una entrevista con Télam Calamaro sobre aquellos años, y contó que “la misma noche de la firma del contrato discográfico (mi firma era simbólica puesto que yo era menor de edad), nos detuvo la policía de Toxicomanía, de civil y armados”.

Pero “Raíces estaba fuera de mis posibilidades, yo era un aspirante a músico del rock y me faltaban hervores para tocar ‘candombe con jazz chops’”, explica Calamaro. Aquella fue “una experiencia vital”, pero “sin plan B, una experiencia musical y personal muy interesante en mis días de estudiante secundario. Una formidable influencia y experiencia. Mi primera aproximación a muchas cosas, antes incluso de descifrar el rock o ‘el rock de canciones de rock’”.

Por aquellos años, también, Calamaro fue invitado por Zeta Bosio a unirse a una banda local llamada The Morgan, junto a Charly Amato y Sandra Baylac en la cual también tocaba Gustavo Cerati. Esa formación evolucionó hacia Stress, que a su vez fue la génesis de Los Estereotipos, banda que pasaría a llamarse Proyecto Erekto, cuando se suma a ellos Cerati. Cuando se sumó Charly Alberti, ya sin Calamaro, aquella banda se transformó en Soda Stereo.

Eran días de exploraciones, pero su talento como tecladista ya era reconocido en la escena, motivo por el cual lo convocó Miguel Abuelo para Los Abuelos: Calamaro iniciaría así una etapa que lo llevó a “ver más de lo que ustedes pueden imaginar”, junto a Abuelo y también junto a Charly García, con quien comenzó a colaborar asiduamente.

Calamaro acaba de estrenar un dúo con Rodrigo y estrenará a fin de mes un documental

 

 

En aquellos días, firmó algunos discos en solitario (y dejó varias canciones emblemáticas) pero fue en los 90 cuando se dio su despegue masivo, gracias a Los Rodríguez, un momento de furor absoluto y verdaderos himnos musicales que coronó con una segunda etapa solista que marcó una época, gracias a tres discos: “Alta suciedad” (1997), “Honestidad brutal” (1999) y “El salmón” (2000). Eran días de profusa producción de éxitos que lo consagraron como una verdadera máquina musical de inspiración inagotable.

SIEMPRE CONTRA LA CORRIENTE

Polemista sutil, protagonista de algunos escandaletes sentimentales y legales, y dueño de una cuenta de Twitter que se suele meter en problemas por planteos peleados con la corrección política, desde bregar por las corridas de toros hasta afirmar que Queen está sobrevalorado, lo cierto el Salmón nunca para de nadar. Y de producir. En mayo lanzó “Dios los cría”, compuesto de versiones de canciones emblemáticas de Calamaro con la colaboración de otros conocidos artistas de la música latina, entre ellos, Alejandro Sanz, que participó en la versión de “Flaca”, y recientemente sumó su voz a la del fallecido Rodrigo Bueno para la grabación de “Amor Clasificado”, tema que será incorporado a una serie de duetos que se están grabando en homenaje a “El Potro”.

El video de esta versión de “Amor Clasificado”, que amalgama las voces de ambos artistas, fue lanzado el pasado viernes, dos semanas antes del estreno del episodio dedicado a él de “Bios”, la serie documental de National Geographic sobre artistas emblemáticos de la música popular.

El capítulo se estrenará el 31 de agosto, junto con el aterrizaje de la plataforma Star+ en el país, y será la cuarta entrega dedicada a una figura del rock argentino, luego de los capítulos destinados a repasar la vida y obra de Charly García, Gustavo Cerati y Luis Alberto Spinetta.

Con la cantante Nathy Peluso en el rol de anfitriona/entrevistadora, Calamaro relata allí su propia historia a partir del ensalzamiento de su propia obra y de los aspectos de su vida que aportan a la construcción de su figura pública.

A lo largo de poco más de una hora y media, el músico se revela como un incontinente hacedor de canciones y resalta en numerosos pasajes sus experiencias hasta el límite con drogas duras, aunque sin hacer énfasis en su perfil polemista, acaso uno de los rasgos característicos de este particular artista que muchas veces lo pone en un primer plano extramusical, aunque siempre con la saludable intención de invitar a reflexionar sobre cuestiones que parecieran tener sentencias indiscutibles.

En cambio, el músico prefiere mostrarse como un exponente fiel de la cultura rockera hegemónica, al mismo tiempo que como un sobreviviente a las prácticas personales peligrosas que esto supone: “Hoy, el rock es una institución prestigiosa, que eventualmente llena teatros y estadios, que sigue inspirando a miles de personas, que nos importa y nos encanta”, afirma el propio “Andrelo”.

Con un frondoso material de archivo, y los testimonios de amigos, colaboradores, periodistas y figuras del rock como el ingeniero de sonido Mario Breuer; el productor estadounidense Joe Blaney; los músicos Ariel Rot, Daniel Melingo, Marcelo “Cuino” Scornik y Cachorro López; su histórica mánager Olga Castreno; y los periodistas Martín Pérez, Marcelo Fernández Bitar y Bebe Contepomi; entre otros, la serie relata su ascenso desde sus comienzos en Raíces a los días de éxito más brutal.

 

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