Treinta años sin Martín Karadagián, un “Titán” que creó un fenómeno nacional

Aniversario redondo y significativo para los amantes de “Titanes en el ring”. Se cumplen hoy tres décadas del fallecimiento de Martín Karadagián, el humilde porteño de ascendencia armenia que a fuerza de imaginación e inventiva trascendió para siempre en la cultura popular argentina como el creador y protagonista del primer show televisivo y cinematográfico de lucha libre del país que se convirtió en su legado y en un éxito comercial hasta entonces sin precedentes.

Una variopinta y excéntrica compañía de personajes, mucho histrionismo arriba del cuadrilátero, estadios colmados por niños y adultos, juguetes, golosinas, figuritas y hasta álbumes musicales: su nombre es el sello de un fenómeno que gozó de 26 años de aire desde que se emitió por primera vez en 1962 por Canal 9.

El camino de Karadagián hacia su condición de ídolo se remonta a la década del 40, cuando después de años de hacer changas y trabajar en una carnicería del barrio para aportar lo suyo a un hogar empobrecido que compartía con su padre armenio y su madre española, puso un pie dentro del icónico estadio Luna Park del bajo porteño.

Allí, con su contextura inesperada pero llamativamente pequeña en relación a sus colegas pero dejando salir sus dotes actorales, logró hacerse un lugar entre el equipo de “catch” que entrenaba en el lugar, liderado por “El Hombre Montaña” y el polaco Karol Nowina, y en cuestión de años se transformó en uno de los más reconocidos de ese circo impostado de lucha. Llegó al cine y peleó con Olmedo, una “Pelea del Siglo” que marcó el despegue: un año más tarde, tenía su primera edición “Titanes”, un show de “tongo, pero del bueno”, como definió alguna vez el frontman en los primeros tiempos de esa estrafalaria propuesta que mezclaba la lucha, el “catch” reinante de la época, con lo teatral y la ficción total. La serie, que pasó también por el cine, tuvo emisiones hasta 1988, aunque hacia 1983 la salud de Karadagián ya comenzaba a debilitarse luego de que comenzara a sufrir desmayos producto del estrés laboral. En 1991, murió a los 69 años víctima de un edema pulmonar.