Las cámaras, la alarma y las rejas no intimidaron a los delincuentes

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Ni las rejas, ni la alarma, ni las cámaras. Tampoco la claridad de la mañana frenó a una banda de ladrones que intentó un ataque en una casa situada en la esquina de 12 y 507, según denunció la dueña de esa propiedad.

Según le contó a este diario Liliana Musso (71), todo ocurrió alrededor de las 11.45 de la mañana, cuando los delincuentes bajaron de un auto y atacaron por la puerta del enrejado de dos metros que está sobre la línea Municipal. “Eran cuatro y uno quedó en el auto. Barretearon la puerta, rompieron el candado y entraron. Luego, dieron la vuelta por el frente y quisieron entrar por una puerta que da a una galería. Mi esposo estaba a un metro, trabajando en su oficina y sintió los ruidos”, apuntó la vecina.

Ahí también actuaron con violencia sobre la puerta y el dueño de casa reaccionó: “Yo estaba en la habitación de arriba y con el ruido que hicieron, mi esposo pensó que me había caído al bajar por la escalera. Entonces, salió de la oficina hacia un hall y se dio cuenta de lo que pasaba. Abrió una ventanita y comenzó a gritarles”.

La respuesta puso en fuga a los delincuentes. Los esperaba un Peugeot 208 blanco, según contó Musso. “Salieron corriendo. Mi marido salió y me dijo que llamara al 911”, apuntó la mujer, residente en la zona desde hace un poco más de 30 años.

La mujer se quejó por la respuesta ante el pedido de auxilio: “La Policía tardó media hora en llegar. Llamé cuatro veces al 911 y una vez a la comisaría de Gonnet”, indicó.

El chalet ocupa la esquina, retirado unos metros de la vereda. Entre la reja de entrada y la casa hay un espacio verde de unos cinco metros.

“Estudio”

Musso, se mostró sorprendida por el intento de atraco pese a las medidas de seguridad con que cuentan y el momento del día, en que ocurrió, con movimiento de vecinos y tránsito en una calle con movimiento. Tanto es así, que mientras llamaba al 911 también se contactaba con otros frentistas.

Más tarde, al chequear las cámaras notó que los ladrones estuvieron un buen rato antes del intento: “estaban en un auto, estudiante el campo, desde las 11 o las 11.15”.

La secuencia dejó tensión y solo un candado roto. “Si no estábamos nos desvalijaban la casa. Si no estaba mi esposo trabajando me agarraban a mí en la planta alta”, calculó la Vecina.

 

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