Juan Patricio Wilkinson

Edición Impresa

A los 83 años falleció Juan Patricio Wilkinson, un reconocido vecino de la Ciudad de extensa vinculación a La Plata Rugby Club y que fue muy apreciado en distintos círculos sociales a los que se relacionó a lo largo de su vida.

Había nacido el 12 marzo de 1938, en La Plata. Sus padres fueron Cora de las Mercedes Martínez y Juan Tomás Wilkinson y creció junto a su hermana Cora Irene.

Cursó la primaria en el Colegio San Luis y la secundaria, en la Escuela Industrial Nº 1 “Albert Thomas”. Después estudió algunos años Ingeniería e ingresó a la Marina para hacer durante dos años el servicio militar, por ese entonces obligatorio.

En 1957 ingresó a la dirección de Vialidad de la Provincia, empleo en el que permaneció durante 46 años, hasta que se jubiló.

También intervino en la realización de distintas obras de manera independiente, como por ejemplo, la construcción del Polideportivo del Club Universitario.

Paddy, como lo llamaban en su entorno, fue un apasionado del rugby. Desde 1951 y hasta hace pocos años, participó activamente en La Plata Rugby Club, institución en la que jugó y fue entrenador.

Además fue entrenador en el Club Albatros. En el plano futbolístico, fue simpatizante de Estudiantes de La Plata.

En 1965 cumplió su sueño de formar una familia junto a Gladys Mabel Guadix. Luego llegaron los hijos, Verónica, Juan Patricio y Martín – ya fallecido- y los siete nietos, Agustín, Santiago, Ignacio, Guillermina y Tomás Gando y Agustina y Federico Wilkinson. Con todos fue una figura presente, de gran carisma y calidez.

Sus allegados destacaron el sentido del humor que siempre caracterizó a Paddy. Fue un hombre sociable y de un relato cautivante de todas las anécdotas que le dejó su actividad en el rugby y su paso por Vialidad. En el tiempo libre disfrutaba de las cenas con conocidos, ya sean en el club o en alguna casa.

Además propició y disfrutó de la amistad y los encuentros, fue alguien que supo ganarse el afecto de quienes lo trataban. Por eso no era extraño que, con solo salir de su casa, se cruzara con decenas de personas con las que intercambiaba saludos y simpáticas conversaciones.

Paddy fue una persona de valores que se preocupó por inculcarle a sus hijos el amor por los deportes y el trabajo. Su coherencia entre el decir y el hacer hizo de él un hombre respetado, alguien que seguramente será recordado por su bondad y buen trato.

 

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE