Nadie da respuestas al comedor para 80 chicos sin agua en Villa Montoro

EL DIA planteó el reclamo hace meses. Las soluciones duraron un suspiro. Hace 15 días que no pueden cocinar. Desesperado pedido

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A Hugo Zanetto (59) le cuesta entender que nadie les dé una solución a un pedido tan urgente. Pero en el fondo ya nada le sorprende, porque, de una u otra manera, arrastra el mismo problema desde diciembre pasado, salvo algunos días de soluciones parciales que duraron lo que un suspiro. En el comedor “Una luz de Esperanza” de 94 entre 117 y 118 en Villa Montoro siguen sin una gota de agua y por ese motivo no pueden cocinarle a los ochenta chicos que a diario comen en el lugar.

Hace más de dos décadas que Zanetto sostiene “a pulmón”, con la ayuda de vecinos y comerciantes de la zona, ese merendero. Y “nunca, nunca”, remarca, pasaron una situación tan delicada como la que les toca atravesar estos meses. Abren la canilla y no sale una gota. En rigor, contó, el problema se agravó en los últimos quince días. Porque después de las notas que publicó este diario meses atrás se habían ensayado algunas soluciones parciales y pasaron algunos meses en que los encargados del comedor se las arreglaban acumulando el escaso líquido que corría por las cañerías durante la madrugada.

“Desde el 23 de diciembre estamos así. Nunca se solucionó. Vinieron unos inspectores, mandaron un poquito de agua que teníamos que juntar de noche pero ahora hace 15 días que venimos reclamando a Absa porque las canillas están secas y no recibimos respuesta. Dicen que van a mandar operarios y no aparece nadie”, lamentó Zanetto.

Además del comedor, este inconveniente afecta a numerosos vecinos en un radio de más de dos manzanas. “Estamos todos sin agua”, clama.

¿Y cómo se las arreglan mientras tanto? De una forma desgastante: “Estamos yendo a buscar con un carrito y bidones el agua a una cancha de 604 y 116 y con eso nos vamos manteniendo”, dijo.

Hubo una época en que para conseguir el agua salía cada día a recorrer el barrio con un carro prestado. Lo cargaba de bidones y lo arrastraba por la calle pidiéndole a los vecinos que se lo recargaran con agua.

Cuando Hugo consigue que le donen un poco de agua, cada bidón que se consigue hay que racionarlos estrictamente, sobre todo para mantener la higiene en el marco de la pandemia.

Pero claro, bajo esas condiciones no pueden cocinar para los chicos que a diario acuden al lugar. “El comedor está entregando mercadería para que la gente la cocine en sus casas como puedan. Al no tener agua no podemos cocinar ni lavar”, explicó. Y agregó que “lo único que les estamos dando es la copa de leche, se las damos en jarras o botellas, lo que los chicos puedan traer”, explicó.

Si bien cuando planteó los reclamos ante la empresa prestataria le dijeron que “estaban haciendo una nueva perforación en 1 y 90 para mejorar el servicio, fui a ver y no había nadie trabajando ni ninguna obra en marcha”, sostuvo.

El comedor, como se dijo, no recibe ningún tipo de ayuda estatal. “Es todo gracias al aporte de los vecinos”, insistió.

A principios de febrero, después de que EL DIA publicara un artículo contando este calvario le acercaron hasta el lugar agua envasada en bidones. Pero esa provisión le duró unos pocos días.

 

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