La carta de Cristina agrava la situación institucional y abre un escenario incierto
Edición Impresa | 17 de Septiembre de 2021 | 00:57

Por EMILIANO RUSSO
“La carta es el audio de (Fernanda) Vallejos pero sin las puteadas”, ironizaban anoche en Casa Rosada al emparentar la comunicación de la diputada kirchnerista con la movida vespertina con la que Cristina Kirchner contraatacó a Alberto Fernández, que horas antes había asegurado que “con presiones” no lo iban a obligar a realizar cambios de gabinete. La nueva embestida de la Vicepresidenta abre un escenario impredecible sobre la continuidad del Frente de Todos y sobre si finalmente el Presidente buscará una salida consensuada a la crisis o bien decidirá romper su vínculo con quien lo ungió como candidato a la primera magistratura, en mayo de 2019.
Ayer bien temprano el jefe de estado exploró una salida a la crisis política que no afectara su investidura: convocó a los gobernadores Sergio Uñac (San Juan) y Juan Manzur (Tucumán) a sumarse a un gabinete donde, en teoría, no les fueron aceptadas las renuncias a ninguno de los funcionarios kirchneristas que habían dimitido durante la ajetreada jornada del último miércoles. El sanjuanino ofreció apoyo político pero declinó la invitación a sumarse al ministerio del Interior –en momentos en que se había filtrado que Fernández había aceptado la salida de Wado de Pedro del Ejecutivo- para concentrarse en los problemas internos de su provincia.
“MOMENTO DE REFLEXIÓN”
A la postulación del tucumano la terminó de “incinerar” la propia Cristina en su carta cuando mencionó que lo postuló para ocupar la Jefatura de Gabinete, en el marco de un relanzamiento de gestión, en el encuentro que mantuvo con el Presidente el último martes en la Residencia de Olivos. Al cierre de esta edición, una alta fuente oficial consultada sólo atinó a decir sobre el contenido epistolar que “no vamos a responder. Es momento de silencio y reflexión”.
Antes, Alberto había asegurado que el Gobierno “seguirá desarrollándose del modo que yo estime conveniente” y, al referirse a la ex mandataria, destacó que “ella me conoce, sabe que por las buenas a mí me sacan cualquier cosa. Con presiones, no me van a obligar”.
En medio de esta suerte de interna a cielo abierto, también resultó extraño que Presidencia haya divulgado la agenda de este viernes con actividades de los “renunciados” Tristán Bauer (Cultura) y Juan Cabandié (Medio Ambiente). Tampoco quedó claro la intención de desplazar definitivamente a De Pedro, que por la tarde pareció quedar en suspenso. Por lo pronto, el jefe de estado canceló hoy su viaje a México para participar de la conferencia de la Celac (Comunidad de estados latinoamericanos y caribeños) y participará bien temprano, vía teleconferencia, de una actividad sobre cambio climático con el norteamericano Joe Biden.
La carta de Cristina detonó la distensión que se había observado por la tarde cuando voceros de ambas trincheras aseguraban que se negociaba la salida de funcionarios de ambos espacios políticos del Frente de Todos para lograr, de alguna manera, una solución salomónica al diferendo que provocó un cataclismo institucional. La Vicepresidenta blanqueó que quiere a Santiago Cafiero fuera de la Jefatura de Gabinete pero ocultó su malestar con Martín Guzmán –a quien elípticamente lo acusó de llevar adelante un ajuste en plena pandemia y no ejecutar recursos del presupuesto del orden del 2,4% del PBI-, y con Matías Kulfas (Desarrollo Productivo).
Cafiero estuvo reunido por la tarde en su despacho con el consultor Juan Courel, el asesor estrella de campaña de “Todos”, y luego se dirigió a la quinta presidencial donde Fernández permanecía reunido con el resto de su mesa chica. En esas oficinas el jefe de estado escuchó el audio viralizado de Vallejos en el que utilizaba los mismos argumentos que Cristina –el ajuste fiscal del primer semestre y los votos que cosechó Unidad Ciudadana en 2017 que superaron a la actual performance del oficialismo en Provincia- para defenestrar al Ejecutivo y supuso que “no estaba armado”, tal como se especuló en algunos ámbitos de opinión.
Al atardecer la vicepresidenta blanqueó la situación de crisis socio-económica y la responsabilidad del Ejecutivo en no poder solucionar lo que, a la postre, provocó la derrota electoral.
CONFRONTACIÓN
El nivel de confrontación en el seno de la alianza gubernamental no deja vislumbrar una pronta solución. Aunque sigan las negociaciones, de alguna manera, se rompió la confianza entre los referentes de la coalición. Cristina ya no guardó las formas y emplazó a quien en teoría es su superior en el cargo, a cambiar su gabinete y corregir el rumbo económico. Nuevamente, la pelota está del lado del Presidente pero no se sabe en qué dirección la va a devolver.
LEA TAMBIÉN
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE