Testimonios del horror: arrancó el juicio por un crimen aberrante
Edición Impresa | 17 de Septiembre de 2021 | 01:22

A poco más de tres años del brutal asesinato de Sabrina Antonioli Ango (33), ocurrido en medio de un robo en su vivienda de Barrio Hipódromo, sobre la calle 116 entre 32 y 33, su madre y el esposo, con relatos estremecedores, revivieron el caso y pusieron de manifiesto el dolor que aún anida en sus cuerpos. Fue en el inicio del juicio oral, que tiene como único imputado a Marcelo Oscar Doval, un albañil paraguayo, que había sido contratado por la víctima para realizar distintas refacciones en el domicilio.
El debate presencial es desarrollado por el Tribunal Oral III de La Plata, integrado por los jueces Santiago Paolini, Ernesto Domenech y Andrés Vitali.
La fiscalía de juicio está a cargo de María Victoria Huergo y el particular damnificado tiene la representación de Juan Tiberio. Ambos, con similares lineamientos que los expresados en la etapa de instrucción de la causa, ratificaron durísimos cargos contra Doval, que podrían representar una condena a prisión perpetua.
La defensa del sospechoso, por su parte, es ejercida por Gastón Nicosia, quien, a su turno, indicó que demostrará supuestas inconsistencias en la acusación.
RECUERDO DESGARRADOR
La primera en sentarse frente a los magistrados fue Patricia Mariel Ango, la mamá de Sabrina, quien no pudo contener las lágrimas cuando recordó a su hija.
Si bien no pudo aportar demasiado respecto de la mecánica homicida, sí trazó un claro semblante de cómo era la persona que llevó en su vientre durante nueve meses, que se convirtió en mujer y en una excelente profesional en el rubro inmobiliario.
Precisamente, de acuerdo a fuentes de tribunales, Patricia sostuvo que el objetivo de Sabrina pasaba por proyectar su vida junto al contador Juan Ignacio Plotycia, su marido.
En ese momento se quebró en llanto y, por un buen rato, debido a la angustia que le anudó la garganta, tuvo que interrumpir su relato, porque directamente no podía hablar.
El viudo, por su parte, también conmovió a todos con su testimonio. Mucho más porque él sufrió un feroz ataque con la misma maza con la que ultimaron a golpes a su mujer.
El día del crimen “Sabrina me llevó a la estación de trenes de La Plata, yo viajé a Bernal a trabajar para ARBA, nos despedimos con un beso. Esa fue la última vez que la vi”, señaló.
Plotycia contó además que durante ese día, el 23 de agosto de 2018, intercambió varios mensajes con su pareja. Y cuando regresó a su casa, se topó con la macabra escena. Por eso, al descubrir al agresor, que tenía preparada una mochila con distintos efectos de valor que no alcanzó a llevarse, fue atacado a mazazos y con una cuchilla.
El hombre peleó por su vida y logró salvarse, más allá de que las heridas que sufrió en la lucha cuerpo a cuerpo lo dejó varios días internado.
El aporte de otra testigo de actuación fue muy importante, ya que mencionó que escuchó a Doval decir varias veces la frase “péguenme un tiro”, dando a entender que “se había mandado una macana”. Fue en 7 y 32, donde la Policía logró identificarlo y detenerlo.
En su poder, por si fuera poco, tenía un celular de Antonioli y las llaves de su auto.
Por último, los peritos que levantaron rastros en el lugar del homicidio fueron contestes cuando aportaron, con rigurosos detalles, lo que vieron en el inmueble de la calle 116.
Los rastros de sangre, los rastros de un intento por limpiar esas marcas, la maza, el cuchillo, el punto exacto del crimen y el traslado del cadáver del living hacia el baño.
El juicio seguirá mañana, a partir de las 10, con la declaración de más testigos.
El caso, que provocó gran conmoción entre los platenses, fue investigado por el fiscal Marcelo Martini, quien, en la requisitoria de prisión preventiva, imputó a Doval por “homicidio calificado criminis causa (por Sabrina Antonioli Ango), tentativa de homicidio doblemente calificado criminis causa y con alevosía (por Juan Ignacio Plotycia), y robo calificado por empleo de arma, todo en concurso real”.
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