Video: la lucha del centro de Fomento Villa Elvira para "sacar a los chicos de la esquina"

El Centro de Fomento Villa Elvira es uno de los clubes de la ciudad que ha podido sostener los golpes de la pandemia. A la institución ubicada en 120 y 75 no solo le afectó la cuarentena, sino años y años de abandono que casi la llevan al cierre.

Daniel Rodríguez y Juan Manuel Puertas, presidente y vicepresidente del Club, recibieron al diario El Día para mostrar la otra cara de este tipo de lugares que tanto alimentan al crecimiento social del barrio desde las raíces. Actualmente, llevan un número de socios activos que ronda los 250. Muchos de ellos no dejaron de pagar la cuota mensual durante los meses de encierro, lo que ayudó muchísimo a la economía institucional.

Respecto a la etapa post pandemia, Daniel cuenta que sorpresiva y gratamente, muchos más chicos se acercaron al club. “Antes era una cuestión meramente competitiva y ahora se ve el interés de estar acá, de buscar contención”, contó emocionado. También se sumó a este fenómeno esa necesidad de volver al lugar que ocupa en la vida de cada vecino el Centro de Fomento. 

La cuarentena los encontró mejor parados que a otros. Villa Elvira no dejó de trabajar para el barrio. Fueron parte del Comité de Crisis que le hizo frente a los cierres de todo espacio social. Ellos repartieron alimentos, organizaron el Detectar en sus salones y las jornadas de vacunación. Además, por el aporte ininterrumpido de sus socios, el esfuerzo de la comisión directiva y un subsidio del Banco Provincia, pudieron arreglar el techo.

Pero alcanzar este punto no fue fácil. En 2017, cuando llegaron, había un estado de deterioro absoluto. Hubo que arreglar problemas estructurales graves y poner las cuentas en orden. “Esto tiene que funcionar”, fue la frase que repitieron esos cinco socios vitalicios que no iban a permitir que el Centro de Fomento Villa Elvira se hundiera. 

Estas cuatro paredes albergaron desde muy chica a Abigaíl Magistrati, quien representó al país en los Juegos Olímpicos de Japón. Actualmente la cuota tiene un costo de 200$ y, según las actividades, 1000$ por mes sobre las clases. La agenda semanal incluye patín, básquet, vóley, boxeo, taekwondo, gimnasia artística y zumba. Además se puede aprender manicuría, peluquería y se dicta el plan FINES.

El presidente insiste en la importancia del rol de los clubes de barrios para evitar que los chicos caigan en un espiral de adicciones. “Queremos que los chicos hagan de este un segundo hogar. A mi no me alcanza con tener el club lleno si veo cómo terminan. Hay que sacarlos de la esquina y traerlos acá”, remarca.

Es que desde los 14 años, los chicos se quedan sin fútbol por falta de personal. Eso se nota en las calles. Los que aún pueden asistir no se ven tan afectados, continúa Daniel, como los que ya no tienen edad de ir. Para eso han presentado un proyecto que todavía no han podido concretar.

“Acercamiento recreativo y de inclusión social y deportiva” fue creado por ellos mismos. El anteproyecto busca poder coordinar con la Policía y la UNLP para ofrecer un espacio de contención a los jóvenes de entre 12 y 15 años. La idea es simple y altamente beneficiosa: que los chicos encuentren distintas actividades o bien oficios que los saquen de las calles. Para esto, lo único que necesitan es que les provean de profesores, ellos se encargan de todo el resto.

“En La Plata, estimamos que hay 70 mil chicos en los clubes. Nosotros no pedimos nada, solo necesitamos que los clubes pasen a ser una prioridad y no una promesa de campaña”, dice Daniel Rodríguez. 

Todos los que integran la comisión directiva tienen un lazo muy fuerte con el C.F.V.E. Daniel tiene 59 años y es socio desde los 5. Juan Manuel Puertas, el vicepresidente, tiene 87 años y es socio desde los 15. “Todos tenemos que actuar respecto a las necesidades de la gente y el club ocupa ese rol”, explicó Puertas.

 

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