Rosh Hashaná, el año nuevo judío

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La comunidad judía ya celebra el Rosh Hashaná 5782, su año nuevo, y particularmente se indicó que se mantiene la esperanza de superar la pandemia y reflexionar sobre la enseñanza que dejó.

El Rosh Hashaná inició ayer con la aparición de la primera estrella de la tarde, momento en el que los creyentes hacen sonar 100 veces el shofar, un antiguo instrumento de viento hecho a partir del cuerno de un carnero.

En el contexto del año nuevo, los rabinos argentinos reflexionaron sobre el mensaje de “esperanza” que encierra esta celebración, mientras se intenta superar la pandemia de coronavirus. La fiesta se realiza para rezar, pedir buenos deseos y agradecer.

A partir de esta celebración, la comunidad judía abre un período de reflexión y arrepentimiento sobre los pecados del año que culmina, que concluye el décimo día con la celebración de Iom Kipur o Día del Perdón.

El seminarista Sebastián Hochstein, que oficia en la Comunidad Pardés, creada por el rabino Baruj Plavnik -que acompañó a los soldados judíos en la guerra de Malvinas y falleció hace pocos meses por coronavirus- comentó que “Rosh Hashaná no se centra en el año por venir, sino en el año que estamos dejando atrás. Y nos preguntamos: ¿Qué sucedió en el año que se va? ¿Quiénes fuimos este año?”.

De ahí que Hochstein indicó que “el sonido del shofar que escuchamos durante Rosh Hashaná nos invita -justamente- a despertar el corazón, a poner atención en ese sonido agudo y penetrante para oír lo que hay detrás, una voz que susurra. Escuchar de verdad requiere atención y concentración del espíritu”.

Sobre este punto, se agregó que en la celebración se paran ante Dios y se miran hacia adentro, “el camino que recorrimos en el año que termina y el que queremos recorrer en el que está comenzando”.

SIGNIFICACIÓN ESPECIAL

Se comunicó que, en medio de una pandemia que tiene a toda la humanidad en vilo, la celebración de la comunidad judía cobra una significación muy particular.

“En los tiempos que vivimos pareciera que esta tarea se vuelve más difícil, y nos demanda más energía del alma. Sé que no es fácil, pero es importante que todos hagamos el ejercicio de la pausa, no a pesar de los tiempos difíciles, sino sobre todo por los tiempos difíciles”, indicó señaló Hochstein.

 

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